La economía mexicana enfrenta un nuevo obstáculo. En abril de 2025, la tasa de desempleo en México alcanzó el 2.6% de la población económicamente activa, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Este aumento, aunque ligero, marca un retroceso respecto al 2.3% registrado en marzo, lo que genera incertidumbre sobre la estabilidad del mercado laboral.
La población económicamente activa en el país sumó 61.4 millones de personas, de las cuales el 60.5% son mayores de 15 años. De este total, 59.8 millones están ocupadas, pero el incremento en la tasa de desempleo refleja que 1.6 millones de personas buscan activamente empleo sin encontrarlo. Este dato, aunque menor al 2.8% de abril de 2023, evidencia una ligera presión en el mercado laboral.
El aumento en el desempleo coincide con un panorama económico mixto. México reportó un crecimiento interanual del 1.6% en el primer trimestre de 2024, pero el avance trimestral fue de apenas 0.3%. Estos números sugieren una desaceleración que podría estar impactando la generación de empleos formales, un aspecto clave para la estabilidad de millones de familias.
Otro dato preocupante es la subocupación. En abril, 4.4 millones de personas, equivalente al 7.4% de la población ocupada, declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas. Esto refleja que, aunque hay empleo, no siempre satisface las necesidades económicas de los trabajadores, lo que podría agravar la precariedad laboral.
Los sectores con mayor dinamismo en la generación de empleo fueron el comercio y los servicios, que concentran a millones de trabajadores. Sin embargo, la industria manufacturera, una de las más importantes para la economía mexicana, mostró un crecimiento más lento, lo que podría estar limitando las oportunidades laborales en regiones clave.
La informalidad sigue siendo un reto estructural. Más de 32 millones de personas trabajan en el sector informal, lo que representa más de la mitad de la población ocupada. Esta situación limita el acceso a prestaciones y seguridad social, dejando a muchos trabajadores en una posición vulnerable ante cualquier cambio económico.
El contexto económico global también juega un papel. Las exportaciones mexicanas, lideradas por el sector automotriz y la maquinaria, continúan siendo un pilar, pero la incertidumbre por posibles aranceles y cambios en las políticas comerciales de Estados Unidos podría afectar el desempeño económico en los próximos meses.
A pesar de los desafíos, México mantiene una de las tasas de desempleo más bajas entre los países de la OCDE. Sin embargo, el aumento registrado en abril prende las alertas sobre la necesidad de políticas públicas que impulsen la creación de empleos formales y reduzcan la precariedad en el mercado laboral.
El panorama económico de México en 2025 estará marcado por la capacidad del gobierno y el sector privado para responder a estos retos. La atención estará puesta en las estrategias que se implementen para mantener el crecimiento y garantizar que más mexicanos tengan acceso a empleos dignos y estables.
Estos datos reflejan un momento crucial para la economía mexicana. Mientras el país busca consolidar su recuperación, el mercado laboral será un indicador clave para medir el éxito de las políticas económicas en los próximos meses.