La región de América Latina y el Caribe se prepara para un cambio demográfico sin precedentes. Según estimaciones de la ONU, para el año 2050, se necesitarán alrededor de 30 millones de empleos dedicados al cuidado de personas mayores, debido al rápido envejecimiento de la población. Este dato, presentado por ONU Mujeres, refleja la urgencia de transformar el sector de cuidados en una prioridad regional.
El envejecimiento poblacional está avanzando a un ritmo acelerado en la región. Actualmente, cerca del 10% de los habitantes de América Latina tienen más de 60 años, una cifra que se triplicará hasta alcanzar el 25% en 2050. Países como República Dominicana, Puerto Rico, Chile, Costa Rica y Brasil liderarán este cambio, con tasas de población mayor que podrían superar el 30% en algunos casos.
Este fenómeno no solo representa un desafío, sino también una oportunidad. La creación de 30 millones de empleos en el sector de cuidados geriátricos podría dinamizar las economías locales, especialmente si se profesionaliza el trabajo de cuidado. Actualmente, gran parte de estas labores recaen en mujeres, muchas veces en condiciones precarias y sin remuneración adecuada.
La directora de ONU Mujeres, Sima Bahous, destacó la importancia de formalizar y dignificar estos empleos. Los cuidadores de personas mayores requieren formación especializada, mejores condiciones laborales y salarios justos. Sin estas mejoras, el sector podría enfrentar una crisis de calidad y capacidad para atender la creciente demanda.
El informe también subraya las desigualdades en la región. Mientras países como Chile y Costa Rica muestran avances en políticas de cuidado, otros como Guatemala y Bolivia enfrentan mayores retos debido a sus menores tasas de envejecimiento, pero también a sus limitados recursos para implementar sistemas robustos de atención.
La transición demográfica en América Latina está acompañada por una caída en las tasas de fecundidad. En la década de 1950, las mujeres tenían en promedio 5.8 hijos; hoy, esa cifra es de 1.8. Esto, combinado con una mayor esperanza de vida, que se espera alcance los 80 años para 2050, está transformando la estructura poblacional de la región.
Para enfrentar este escenario, los gobiernos latinoamericanos deberán invertir en educación y capacitación. Los sistemas de salud y las políticas de cuidado necesitarán adaptarse para garantizar que los futuros profesionales estén preparados. Esto incluye no solo médicos y enfermeros, sino también cuidadores especializados en geriatría.
La economía de los cuidados también abre la puerta a una mayor participación femenina en el mercado laboral. Dado que las mujeres representan la mayoría de los cuidadores informales, formalizar estos roles podría reducir las brechas de género y ofrecer nuevas oportunidades económicas para millones de mujeres en la región.
Sin embargo, el desafío no será sencillo. La región enfrenta problemas estructurales como la pobreza, la desigualdad y el desempleo, que podrían complicar la creación de estos empleos. Los gobiernos deberán diseñar políticas públicas que promuevan la inclusión laboral y garanticen sistemas de cuidado sostenibles.
El panorama hacia 2050 plantea una pregunta clave: ¿está América Latina preparada para convertir este desafío demográfico en una oportunidad de crecimiento? La respuesta dependerá de las acciones que se tomen hoy para profesionalizar el sector de cuidados y garantizar una vejez digna para millones de personas.

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Latinoamérica enfrenta un desafío monumental: 30 millones de empleos para cuidados geriátricos en 2050
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