La Feria del Policía 2024 se llevó a cabo en Chihuahua, un evento que buscó reconocer a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) en las instalaciones de la Feria de Santa Rita. Con desfiles, música y rifas, la celebración reunió a miles de agentes y sus familias. Sin embargo, el brillo de los festejos no logra ocultar los graves problemas que enfrenta la corporación en un estado donde la violencia no da tregua.
El evento, encabezado por el secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya Chávez, incluyó un desfile con mandos, grupos especiales y cadetes, seguido de atracciones como juegos mecánicos, pista de hielo y un circo. La Sonora Tropicana y el comediante “El Potro” amenizaron la jornada, mientras que las rifas ofrecieron premios como pantallas, celulares, viajes, motocicletas y automóviles. Todo parecía una gran fiesta, pero el contexto de inseguridad en Chihuahua pone en duda la relevancia de estos festejos.
La Feria del Policía se celebró durante dos días, el 20 y 21 de mayo, para que todos los elementos, incluidos los que estaban de descanso, pudieran participar. Según reportes, asistieron alrededor de cinco mil personas, entre agentes, familiares y amigos. La SSPE destacó que el objetivo era dignificar la labor policial, pero ¿es suficiente un evento de esta naturaleza cuando los índices de criminalidad siguen en aumento?
Chihuahua ha sido escenario de constantes ataques contra la infraestructura de seguridad, como las cámaras y arcos de la Plataforma Centinela, que han sido baleados, robados o derribados. En lugares como Jiménez, Villa Ahumada, Madera y Cuauhtémoc, los delincuentes han actuado con impunidad, dejando claro que los esfuerzos de la SSPE no están dando los resultados esperados. Estos incidentes, ocurridos incluso en equipos ya operativos, evidencian la falta de respuesta inmediata de las autoridades.
La entrega de premios, realizada semanas después en el Complejo Estatal de Seguridad, incluyó 10 vehículos Nissan Versa 2024 y 10 motocicletas. La ceremonia, encabezada por altos mandos de la SSPE, buscó reforzar el sentido de pertenencia de los agentes. Sin embargo, estos incentivos contrastan con las condiciones de trabajo de muchos policías, quienes enfrentan riesgos diarios sin el respaldo suficiente para combatir el crimen organizado.
Mientras la SSPE organiza ferias y entrega premios, la ciudadanía se pregunta por qué no hay avances concretos en la lucha contra la delincuencia. En 2023, por ejemplo, un ataque a balazos contra un arco Centinela en Nuevo Casas Grandes fue grabado, pero la policía no actuó hasta el día siguiente. Este tipo de incidentes refleja una desconexión entre las celebraciones y la realidad que viven tanto los agentes como los ciudadanos.
Además, casos como el de Rafael Licona Merjil, un elemento con antecedentes penales por violencia familiar y actualmente en libertad condicional, generan desconfianza en la corporación. La existencia de una carpeta abierta en la Fiscalía Especializada en Mujeres (FEM) por violencia contra una menor agrava las críticas hacia la selección y supervisión del personal policial. ¿Cómo se permite que alguien con este historial siga vinculado a la seguridad pública?
La Feria del Policía 2024, aunque bien intencionada, parece un esfuerzo superficial en un estado donde la inseguridad es el pan de cada día. Los ciudadanos exigen resultados tangibles: menos festejos y más estrategias efectivas para garantizar su seguridad. Mientras los delincuentes atacan sin temor, las rifas y los espectáculos no logran devolver la confianza en las instituciones.
En un contexto donde la violencia no cede, la pregunta sigue en el aire: ¿es este el momento para celebrar o para replantear las prioridades de la Secretaría de Seguridad Pública? La ciudadanía espera respuestas claras y acciones concretas, no solo eventos que, aunque festivos, no resuelven los problemas de fondo.