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La dupla Trump-Musk se despide: Elon abandona la Casa Blanca, pero promete seguir asesorando desde afuera

En una conferencia cargada de simbolismo, Donald Trump y Elon Musk cerraron un capítulo de su colaboración en la Casa Blanca. Este jueves, el magnate tecnológico anunció su salida del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un proyecto que lideró junto a Vivek Ramaswamy para recortar el gasto público en Estados Unidos. Aunque Musk deja su rol oficial, aseguró que continuará asesorando al presidente desde fuera, manteniendo su influencia en la administración.
El evento, realizado en Washington, marcó el fin de una etapa controversial. Musk, conocido por liderar empresas como Tesla, SpaceX y X, se unió al gobierno de Trump con la promesa de revolucionar la eficiencia del sector público. Su tarea era ambiciosa: reducir la burocracia, eliminar regulaciones innecesarias y reestructurar agencias federales. Sin embargo, su salida llega tras tensiones públicas con Trump, especialmente por diferencias sobre el proyecto fiscal y presupuestario.
El Departamento de Eficiencia Gubernamental, conocido como DOGE por sus siglas, fue una creación única en la administración Trump. Inspirado en el meme de la criptomoneda Dogecoin, el nombre reflejaba el estilo provocador de Musk. Junto a Ramaswamy, el empresario buscó implementar un enfoque empresarial en el gobierno, con el objetivo de reducir la deuda nacional. Sus propuestas, sin embargo, generaron críticas por afectar programas sociales y comunidades vulnerables.
Durante la conferencia, Trump elogió el trabajo de Musk, destacando su capacidad para “allanar el camino hacia un gobierno más eficiente”. El presidente afirmó que las reformas impulsadas por DOGE marcarán un precedente global. Musk, por su parte, agradeció la oportunidad, pero no ocultó su frustración con ciertos aspectos de la política económica de Trump, que calificó como un obstáculo para sus objetivos de austeridad.
Las tensiones entre ambos líderes no son nuevas. Hace semanas, reportes indicaron que Trump consideraba relegar a Musk a un rol secundario. La Casa Blanca desmintió rumores de un distanciamiento, pero las diferencias sobre el presupuesto federal fueron evidentes. Musk expresó su decepción por medidas que, según él, “socavan” los esfuerzos de recorte de gasto, aunque no detalló cuáles.
A pesar de su salida, Musk aseguró que su compromiso con Trump no termina. Desde su posición externa, planea seguir ofreciendo asesoría en temas de tecnología, economía e innovación. Su influencia, respaldada por su fortuna y su presencia en redes sociales, garantiza que seguirá siendo una figura clave en el entorno del presidente.
El impacto de DOGE sigue siendo motivo de debate. Mientras algunos celebran los recortes como un paso hacia un gobierno más ágil, otros critican la eliminación de programas que apoyaban a comunidades marginadas. Las protestas en Estados Unidos y Europa, vinculadas a las políticas impulsadas por Musk, reflejan la polarización que generó su paso por la Casa Blanca.
Para Musk, esta despedida no significa un retiro. El empresario prometió actualizar sus avances en X, donde comparte regularmente sus opiniones. Su salida marca el fin de una colaboración que, aunque breve, dejó una huella profunda en la política estadounidense. La pregunta ahora es cómo evolucionará la relación entre estos dos gigantes en los próximos meses.

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