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La doble vida de Elon Musk: Drogas, poder y conflictos familiares al descubierto

Elon Musk, el magnate detrás de Tesla y SpaceX, ha sido noticia por su vida privada llena de controversias. Según un reciente informe, Musk incrementó su consumo de drogas durante su cercanía con la campaña de Donald Trump, un periodo marcado por decisiones políticas y personales que han generado revuelo. Su vida, lejos de la imagen de empresario visionario, parece estar envuelta en un torbellino de caos.
El consumo de ketamina, éxtasis y hongos psicodélicos por parte de Musk no es un secreto para quienes lo rodean. Personas cercanas aseguran que llevaba consigo una caja con hasta 20 pastillas, incluyendo estimulantes como Adderall. Este comportamiento, que mezcla uso médico y recreativo, ha levantado preocupaciones sobre su salud y su capacidad para liderar proyectos de gran envergadura.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha advertido sobre los riesgos de la ketamina, una droga aprobada solo como anestésico o para tratar ciertos trastornos psiquiátricos. Su abuso puede llevar a efectos graves, como problemas de vejiga y adicción, algo que Musk parece haber experimentado, según reportes que señalan molestias físicas derivadas de su consumo.
Mientras Musk se involucraba en la política, apoyando a Trump con millones de dólares y participando en mítines, su vida familiar se complicaba aún más. Con al menos 14 hijos reconocidos, el empresario enfrenta disputas legales y personales con las madres de sus hijos, lo que ha añadido más drama a su ya complicada vida.
Claire Boucher, conocida como Grimes, ha protagonizado una batalla pública con Musk por la custodia de su hijo de cinco años, conocido como X. Según fuentes, Boucher critica que Musk exponga al menor en eventos públicos, como visitas a la Casa Blanca, violando supuestos acuerdos para proteger la privacidad de sus hijos.
Otra relación controversial es con Ashley St. Clair, quien reveló ser madre del decimocuarto hijo de Musk. La escritora se negó a aceptar un acuerdo económico para mantener en secreto la paternidad, lo que llevó a Musk a buscar una orden judicial para silenciarla. Estas tensiones han expuesto aún más la complejidad de su vida personal.
Musk también ha enfrentado críticas por su obsesión con aumentar la natalidad. Mientras promueve públicamente la idea de que la baja tasa de nacimientos amenaza a la humanidad, su vida personal refleja un esfuerzo por expandir su propia familia, con múltiples hijos nacidos por gestación subrogada y relaciones superpuestas que han generado conflictos.
En el ámbito profesional, Musk ha seguido adelante con proyectos ambiciosos, como la creación de Starbase, una ciudad en Texas vinculada a SpaceX. Sin embargo, su consumo de drogas y su involucramiento en la política han generado dudas sobre su estabilidad para manejar responsabilidades que afectan a miles de empleados y proyectos de alcance global.
A pesar de las controversias, Musk sigue siendo una figura influyente, moviéndose entre el poder político y el mundo empresarial. Su reciente decisión de alejarse de la política para enfocarse en sus negocios podría ser un intento de estabilizar su imagen, aunque las sombras de su vida personal persisten.
El caso de Musk plantea preguntas sobre el impacto de las decisiones personales de figuras públicas en su legado. Mientras su nombre sigue asociado a la innovación, los titulares sobre su vida privada pintan un retrato mucho más complejo y turbulento.

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