El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que ya comenzó su tratamiento contra un cáncer de próstata diagnosticado recientemente. A sus 82 años, el exmandatario se mostró positivo tras un evento en Delaware, donde habló públicamente por primera vez desde que se dio a conocer su enfermedad.
El diagnóstico de Biden se anunció el pasado 18 de mayo, tras detectar un nódulo prostático que derivó en un aumento de síntomas urinarios. Según el comunicado oficial de su oficina, el cáncer es de carácter agresivo, con metástasis en los huesos, pero los médicos consideran que es sensible a las hormonas, lo que abre la puerta a un tratamiento eficaz.
En sus declaraciones, Biden expresó confianza en su recuperación. Mencionó que el tratamiento consiste en tomar una pastilla específica durante seis semanas, seguida de otra. Aseguró que se siente bien y que su equipo médico está optimista sobre los resultados.
El cáncer no ha afectado otros órganos, según Biden, quien destacó que sus huesos permanecen fuertes y que la enfermedad no ha penetrado más allá. Estas palabras reflejan un enfoque positivo ante un diagnóstico que, pese a su gravedad, parece manejable con los avances médicos actuales.
El expresidente aprovechó su reaparición pública para rendir homenaje a los caídos en guerra durante un discurso en Delaware. Este evento marcó su regreso a la escena pública tras mantenerse alejado desde el anuncio de su enfermedad a mediados de mayo.
Biden también hizo un comentario sobre la polarización política en Estados Unidos, lamentando la división y amargura que, en su opinión, atraviesa el país. Sus palabras resonaron como un llamado a la unidad, recordando los ideales que han definido a la nación.
El tratamiento de Biden incluye la terapia de privación androgénica, un método estándar que busca reducir los niveles de testosterona para frenar el crecimiento de las células cancerosas. Además, se contempla el uso de medicamentos para fortalecer los huesos y prevenir complicaciones derivadas de la metástasis.
El anuncio de su enfermedad generó reacciones de diversas figuras políticas. Kamala Harris, exvicepresidenta de Biden, lo describió como un luchador que enfrentará este desafío con valentía. Barack Obama también expresó su apoyo, destacando los esfuerzos de Biden en la lucha contra el cáncer a través de la iniciativa Cancer Moonshot.
Por su parte, el presidente Donald Trump deseó inicialmente una pronta recuperación, pero luego cuestionó por qué no se informó antes sobre la enfermedad de Biden. Este contraste refleja las tensiones políticas que persisten en el país, incluso en un momento de preocupación por la salud de un expresidente.
A pesar de los retos que enfrenta, Biden se mantiene activo y optimista. Su diagnóstico ha puesto de nuevo el foco en la importancia de la detección temprana del cáncer de próstata, una enfermedad común en hombres mayores, y en los avances médicos que ofrecen esperanza a quienes la enfrentan.