El Gobierno del Estado de Chihuahua ha decidido no implementar la ley seca durante la jornada electoral del próximo 1 de junio, rompiendo con una práctica común en procesos electorales. La medida, que busca restringir la venta y consumo de bebidas alcohólicas para garantizar el orden público, no será aplicada en la entidad, según confirmó la Secretaría General de Gobierno.
La decisión fue anunciada por el titular de la Secretaría General, Santiago de la Peña, quien argumentó que la suspensión de la ley seca busca apoyar al comercio local. En un contexto donde los restaurantes y bares suelen verse afectados por estas restricciones, el gobierno estatal optó por permitir que estos negocios operen con normalidad durante el fin de semana electoral.
Sin embargo, esta determinación no estuvo exenta de críticas. Algunos sectores han expresado preocupación por la falta de medidas para prevenir incidentes relacionados con el consumo de alcohol. En elecciones pasadas, la ley seca ha sido una herramienta para evitar altercados y garantizar un ambiente tranquilo en las casillas.
A pesar de la suspensión, las autoridades estatales aseguraron que se mantendrán operativos de vigilancia. Personal de la Subsecretaría de Gobernación estará a cargo de supervisar que los comercios cumplan con las normativas vigentes, aunque no se especificaron sanciones claras para quienes infrinjan las disposiciones.
La medida contrasta con lo implementado en otros estados del país. Entidades como Coahuila, Nuevo León y Veracruz han confirmado la aplicación de la ley seca durante el mismo fin de semana, siguiendo los lineamientos federales para la elección judicial del 1 de junio.
En Chihuahua, la decisión ha generado un debate entre comerciantes y ciudadanos. Mientras los dueños de bares y restaurantes celebran la oportunidad de mantener sus operaciones sin restricciones, algunos votantes consideran que la medida podría derivar en incidentes que afecten la jornada electoral.
El gobierno estatal defendió su postura destacando la importancia de equilibrar la seguridad pública con el apoyo a la economía local. Según De la Peña, se realizaron reuniones con cámaras empresariales y restauranteros para llegar a un acuerdo que beneficie a todas las partes involucradas.
Esta no es la primera vez que Chihuahua opta por no aplicar la ley seca. En años anteriores, como en la revocación de mandato de 2022, el estado también permitió la venta de alcohol durante eventos cívicos, una práctica que ha sido cuestionada por su impacto en el orden público.
La jornada electoral del 1 de junio será un momento clave para evaluar las consecuencias de esta decisión. Mientras tanto, los chihuahuenses se preparan para acudir a las urnas en un contexto donde la tradición de la ley seca ha sido dejada de lado.