En el tramo carretero Janos-Agua Prieta, los transportistas enfrentan una nueva pesadilla: extorsiones que se han vuelto una constante. Conductores denuncian que grupos armados, algunos vestidos como agentes federales, los obligan a pagar sumas de dinero para transitar sin problemas, una práctica que pone en riesgo sus vidas y sus medios de subsistencia.
La carretera, conocida por su peligrosidad y mal estado, se ha convertido en un punto crítico para los camioneros que cruzan entre Chihuahua y Sonora. Los reportes indican que los extorsionadores operan con total impunidad, instalando retenes falsos donde exigen pagos que van desde cientos hasta miles de pesos, dependiendo del tipo de vehículo y carga.
Testimonios de transportistas señalan que estos grupos aprovechan la falta de vigilancia en la zona. Algunos incluso relatan que los supuestos agentes portan uniformes y equipo táctico, lo que genera confusión y miedo. Quienes se niegan a pagar enfrentan amenazas directas, desde daños a sus unidades hasta agresiones físicas.
La situación ha escalado a tal grado que los camioneros han compartido videos en redes sociales, mostrando los retenes improvisados y alertando a sus compañeros sobre los tramos más peligrosos, especialmente cerca del kilómetro 45. Estas grabaciones evidencian la desesperación de quienes dependen de esta ruta para trabajar.
A pesar de las denuncias, la respuesta de las autoridades federales ha sido prácticamente nula. Los transportistas aseguran que no hay patrullajes suficientes ni presencia de la Guardia Nacional, lo que deja la carretera a merced de estos grupos delincuenciales. La falta de acción ha generado un clima de indignación entre los afectados.
Este problema se suma a las ya deplorables condiciones del tramo Janos-Agua Prieta, apodado “Carretera de la Muerte” por sus baches, tramos angostos y constantes accidentes. Los transportistas no solo enfrentan el riesgo de percances viales, sino ahora también el temor de ser víctimas de extorsión.
Organizaciones como la Confederación de Transportistas de México han alzado la voz, exigiendo al gobierno federal medidas urgentes para garantizar la seguridad en esta vía crucial para el comercio entre estados. Sin embargo, las promesas de atención a la carretera y sus problemas de inseguridad siguen sin cumplirse.
La situación afecta no solo a los conductores, sino también a las familias que dependen de sus ingresos. Cada viaje por esta carretera representa un riesgo doble: el de un accidente mortal y el de ser extorsionado por criminales que operan sin freno.
Mientras tanto, los transportistas piden a las autoridades actuar de inmediato para desmantelar estos retenes ilegales y reforzar la vigilancia. La carretera Janos-Agua Prieta no solo necesita reparaciones urgentes, sino un plan integral que devuelva la seguridad a quienes la transitan a diario.
La incertidumbre y el miedo se han apoderado de esta ruta, dejando claro que la inseguridad en el país sigue siendo un problema sin solución aparente. Los transportistas, atrapados entre el peligro del camino y las amenazas de extorsionadores, claman por un cambio que parece no llegar.