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¡ESCÁNDALO EN LA PRESIDENCIA! SHEINBAUM NIEGA CRISIS MIGRATORIA EN MÉXICO PESE A EVIDENCIA

La presidenta Claudia Sheinbaum ha desatado controversia al afirmar que no existe una crisis migratoria en México. Durante su conferencia matutina, la mandataria aseguró que el país tiene una estrategia sólida para manejar la migración, minimizando los problemas que se viven en las fronteras. Sus declaraciones han generado críticas por parte de expertos y activistas que señalan un desbordamiento en la gestión migratoria.
Sheinbaum insistió en que México no enfrenta una situación de emergencia, a pesar de los reportes que indican un aumento del 193 por ciento en la migración irregular en el primer semestre del año. Según datos oficiales, más de 712 mil personas han cruzado el país de manera irregular, lo que pone en duda la efectividad de las políticas migratorias actuales.
En su discurso, la presidenta destacó que México mantiene una estrategia integral heredada de la administración de Andrés Manuel López Obrador. Esta incluye el rescate de migrantes en situaciones adversas, la entrega de permisos temporales y la creación de albergues. Sin embargo, no mencionó soluciones concretas para atender el creciente flujo migratorio ni los incidentes recientes que han puesto en jaque al Instituto Nacional de Migración.
Organizaciones civiles, especialmente en Tijuana, han acusado al gobierno de Sheinbaum de no tener un plan claro para enfrentar la situación. Activistas señalan que la militarización de las políticas migratorias, con más de 36 mil elementos de la Guardia Nacional desplegados, ha agravado la criminalización de los migrantes y ha beneficiado a traficantes de personas.
La presidenta también defendió la labor de los consulados mexicanos en Estados Unidos, asegurando que están preparados para proteger a los mexicanos ante posibles deportaciones masivas. Sin embargo, no abordó las preocupaciones sobre la capacidad de México para recibir a miles de deportados, especialmente tras las amenazas de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump.
El tema migratorio ha generado tensiones con Estados Unidos, donde Trump ha prometido medidas drásticas, como imponer aranceles del 25 por ciento a productos mexicanos si no se frena la migración. Sheinbaum, en respuesta, ha negado haber acordado cerrar la frontera, contradiciendo afirmaciones del republicano en redes sociales.
Críticos han señalado que el gobierno de Sheinbaum carece de una estrategia sólida para negociar con la nueva administración estadounidense. La presidenta insiste en mantener un diálogo basado en la cooperación, pero no ha aclarado cómo enfrentará las presiones externas ni los retos internos en materia migratoria.
Mientras tanto, en la frontera sur de México, la situación sigue siendo alarmante. Incidentes como el asesinato de seis migrantes en un operativo militar en Chiapas han levantado cuestionamientos sobre el enfoque del gobierno. Activistas exigen una política migratoria más humanitaria y menos represiva.
Sheinbaum también ha evadido responder directamente a las críticas sobre la falta de liderazgo en el Instituto Nacional de Migración. La ausencia de un director confirmado y los reportes de corrupción en la institución han generado dudas sobre la capacidad del gobierno para manejar la situación.
La negación de una crisis migratoria por parte de Sheinbaum ha sido vista como un intento de minimizar un problema que afecta a miles de personas y pone en riesgo la estabilidad en las fronteras. La falta de respuestas claras y acciones concretas sigue alimentando el descontento entre la población y las organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes.

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