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Crisis en el sector lechero de Chihuahua: productores al borde del colapso

El sector lechero en Chihuahua enfrenta un panorama desolador. La prolongada sequía y el aumento desmedido en los costos de producción han puesto a los ganaderos en una situación crítica. Actualmente, los establos locales se surten de forraje de manera local y desde La Laguna, pero las condiciones climáticas adversas han complicado aún más la disponibilidad de recursos esenciales como el agua.
La escasez hídrica no es un problema nuevo, pero su impacto en el sector lechero se ha intensificado. Los productores enfrentan dificultades para mantener la alimentación de sus hatos, ya que los costos de insumos como el maíz y el concentrado han aumentado hasta un 20% en lo que va de 2025. Esto ha generado una presión económica insostenible para muchos ganaderos, quienes luchan por recuperar siquiera los costos básicos de operación.
A la falta de agua se suma la ausencia de apoyos oportunos. Productores han señalado que los pagos pendientes de Liconsa, la empresa estatal que compra leche, agravan su situación financiera. Esta combinación de factores ha llevado a que la actividad lechera sea cada vez menos rentable, empujando a pequeños y medianos productores al borde de la quiebra.
Chihuahua, cuarto productor de leche a nivel nacional, genera mil 300 millones de litros al año con un hato de 120 mil vacas. Sin embargo, la falta de políticas públicas efectivas limita el potencial de la región. Expertos advierten que sin medidas urgentes, como la tecnificación del riego y apoyos financieros, el sector podría colapsar, afectando no solo a los ganaderos, sino también a la economía local.
La tecnificación se presenta como una posible solución, pero su implementación enfrenta retos. Los productores agrícolas del distrito de riego buscan modernizarse para enfrentar las crisis hídricas, pero la falta de experiencia y recursos dificulta los avances. Hace 30 años, estas estrategias no existían, y hoy se ven como una necesidad imperiosa para salvar al sector.
El impacto de esta crisis va más allá de los establos. La producción lechera es vital para las familias rurales, que dependen de esta actividad para su sustento. La inestabilidad económica amenaza con desplazar a estas comunidades, profundizando las desigualdades en una región ya golpeada por la sequía y la falta de apoyos.
En el reciente Foro Internacional de Lechería, realizado en Chihuahua, se discutieron propuestas para impulsar la autosuficiencia láctea. Sin embargo, las soluciones planteadas, como la creación de una Comisión para el Impulso al Desarrollo Lechero, aún están en etapas iniciales. Los productores exigen acciones concretas para mitigar los efectos de la sequía y los costos crecientes.
La situación del sector lechero refleja un problema estructural que requiere atención inmediata. Mientras los ganaderos enfrentan pérdidas diarias, la falta de coordinación entre autoridades y el sector productivo agrava la crisis. La región norte, clave para la economía nacional, no puede permitirse perder una industria tan estratégica como la lechera.

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