En un nuevo capítulo de la lucha contra la inseguridad en Sinaloa, las autoridades federales y estatales llevaron a cabo operativos en Culiacán y Navolato que resultaron en el decomiso de armas, drogas y vehículos. Las acciones, realizadas por el Grupo Interinstitucional, muestran una vez más la gravedad de la situación en la región, donde la violencia no da tregua.
En Culiacán, específicamente en la sindicatura de San Pedro, los elementos de seguridad detectaron una camioneta Toyota Hilux cuyos ocupantes intentaron huir al notar la presencia policial. Aunque los sospechosos lograron escapar, dejaron atrás un arsenal que incluía un fusil AK-47, un arma M4 y una pistola Browning de nueve milímetros, además de 26 cargadores y 675 cartuchos útiles.
En otro punto de la capital sinaloense, en la sindicatura de Costa Rica, las autoridades ubicaron un vehículo en movimiento que aceleró para evadir un operativo. Tras una persecución, el conductor abandonó la unidad, dejando evidencia de actividades ilícitas que fue confiscada por los elementos del ejército y la Policía Estatal Preventiva.
En Navolato, en la comunidad de La Curva, el operativo fue aún más contundente. Seis personas fueron detenidas tras un reporte ciudadano que alertó sobre la presencia de civiles armados. En el lugar, se aseguraron dos vehículos con reporte de robo: un Nissan Versa con placas sobrepuestas y un Dodge Attitude.
Entre lo confiscado en Navolato, las autoridades encontraron armas de grueso calibre, dos chalecos porta cargadores, un radio de comunicación y una cubeta con 112 puntas de acero. Todo el material fue puesto a disposición del Ministerio Público para las investigaciones correspondientes.
Estos operativos reflejan la persistente actividad del crimen organizado en Sinaloa, un estado que sigue enfrentando serios problemas de inseguridad. La presencia de vehículos robados y armamento de alto calibre evidencia la magnitud del desafío que enfrentan las autoridades.
A pesar de los esfuerzos coordinados entre el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, los resultados muestran que la violencia en la región no cede. Cada decomiso pone en evidencia la falta de control efectivo en ciertas zonas.
La ciudadanía sigue a la espera de respuestas claras y acciones contundentes para garantizar su seguridad. Mientras tanto, operativos como estos, aunque necesarios, parecen ser solo una reacción ante un problema que crece sin freno.
La situación en Culiacán y Navolato es un recordatorio de los retos que persisten en el combate a la delincuencia. Las autoridades aseguran que continuarán los recorridos y las acciones coordinadas, pero los resultados aún están lejos de devolver la tranquilidad a la población.
Sinaloa sigue en el ojo del huracán, y la lucha contra el crimen organizado no da señales de terminar pronto. Los decomisos de esta semana son apenas una muestra de un problema mucho más profundo que sigue sin resolverse.

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Aseguran armamento, droga y vehículos en operativos en Culiacán y Navolato
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