Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

Tensión global: Estados Unidos inicia revisión de visas de estudiantes chinos para revocarlas pronto

El gobierno de Donald Trump ha puesto en marcha una nueva política que pone en la mira a los estudiantes chinos en universidades estadounidenses. Según el secretario de Estado, Marco Rubio, el Departamento de Estado y el de Seguridad Nacional ya están revisando los visados de aproximadamente 277,000 estudiantes chinos, con la intención de revocarlos “más pronto que tarde”. La medida, anunciada como parte de una estrategia que prioriza los intereses de Estados Unidos, ha generado preocupación en el ámbito académico y tensiones con China.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, confirmó que la revisión de visas ya está en curso. En una reciente conferencia de prensa, señaló que los visados son un privilegio que Estados Unidos toma muy en serio, y que la verificación no será un proceso aislado. Aunque no se precisó una fecha exacta para las revocaciones, la declaración sugiere una acción inminente que podría afectar a miles de estudiantes chinos en el país.
El comunicado oficial de Rubio, titulado “Las nuevas políticas de visados ponen a Estados Unidos primero, no a China”, detalla que la medida se enfocará en estudiantes con presuntos vínculos con el Partido Comunista Chino o aquellos que estudien en “campos críticos”. Sin embargo, no se ha aclarado qué áreas de estudio se consideran críticas, lo que ha generado incertidumbre entre estudiantes y universidades.
Esta decisión se suma a una serie de medidas migratorias estrictas impulsadas por la administración Trump. En los últimos meses, el gobierno ha intentado limitar la matrícula de estudiantes extranjeros en universidades como Harvard, acusándolas de ser demasiado progresistas o incluso antisemitas. Aunque un juez federal bloqueó temporalmente la restricción contra Harvard, la presión sobre las instituciones educativas continúa.
China, por su parte, no se ha quedado callada. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, acusó a Estados Unidos de actuar de manera discriminatoria, usando la seguridad nacional como pretexto para cancelar visas de manera injustificada. Según Pekín, esta medida pone en evidencia una contradicción con el discurso de apertura y libertad que Estados Unidos promueve.
La política de revocación de visas llega en un momento de crecientes tensiones entre Washington y Pekín. La reciente escalada en la guerra comercial, con nuevos aranceles impuestos por Trump a productos chinos, ha deteriorado aún más las relaciones bilaterales. Los estudiantes chinos, que representan el segundo grupo más grande de estudiantes internacionales en Estados Unidos, podrían convertirse en un nuevo punto de fricción.
Las universidades estadounidenses, que dependen en gran medida de los ingresos de estudiantes extranjeros, enfrentan un panorama complicado. Instituciones como Harvard, donde más de 2,000 estudiantes chinos están inscritos, han expresado preocupación por el impacto económico y académico de estas medidas. La incertidumbre también afecta a los propios estudiantes, quienes temen por su futuro académico y legal en el país.
La falta de claridad sobre los criterios para identificar a los estudiantes afectados agrava la situación. Profesores y administradores universitarios han señalado que la ambigüedad de la política podría generar ansiedad generalizada en los campus. Además, la suspensión temporal de entrevistas para nuevas visas estudiantiles en embajadas estadounidenses sugiere que el escrutinio se extenderá a futuros solicitantes.
En el pasado, durante la primera administración de Trump, se cancelaron visas de más de 1,000 estudiantes e investigadores chinos por supuestos vínculos con universidades militares en China. Esta nueva política parece ser una continuación de ese enfoque, pero con un alcance mucho más amplio. Las autoridades estadounidenses han expresado preocupaciones sobre posibles actividades de espionaje, aunque no hay evidencia pública que sustente estas acusaciones a gran escala.
Mientras tanto, la comunidad académica internacional observa con atención. Las universidades estadounidenses han sido durante décadas un imán para el talento global, especialmente en áreas como ciencia y tecnología. Las restricciones a los estudiantes chinos podrían no solo afectar la reputación de estas instituciones, sino también su capacidad para mantenerse como líderes en la investigación mundial.

Compartir:

Noticias Relacionadas