En un nuevo capítulo de la lucha contra el robo de combustible, autoridades federales y estatales dieron un duro golpe al huachicol en Tabasco. En un operativo conjunto, lograron decomisar más de 3 millones de litros de hidrocarburos almacenados de manera ilegal. La acción tuvo lugar en un predio del municipio de Centro, en la carretera Costera del Golfo Cárdenas-Villahermosa, un punto estratégico para el tráfico ilícito de combustible.
El operativo fue ejecutado con precisión quirúrgica por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y la Seguridad Física de Pemex, en colaboración con autoridades estatales. La coordinación entre estas instituciones permitió identificar un centro de almacenamiento ilegal que representaba un grave riesgo para la población debido a la falta de medidas de seguridad en el manejo de los hidrocarburos.
En el lugar, las autoridades encontraron 3,904 contenedores repletos de combustible robado, además de 18 vehículos y tres equipos de maquinaria utilizados para el almacenamiento y transporte del huachicol. Este hallazgo evidencia la magnitud de las operaciones ilícitas que continúan afectando a Petróleos Mexicanos y al país, generando pérdidas millonarias y poniendo en peligro la seguridad de las comunidades cercanas.
El predio, ubicado en la ranchería Plátano y Cacao, Segunda Sección, quedó bajo resguardo policial tras el decomiso. Todo el material incautado fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal, que ahora lidera las investigaciones para determinar la red detrás de esta operación. Este no es un caso aislado, ya que el robo de combustible sigue siendo una problemática persistente en estados como Tabasco, donde las redes criminales aprovechan la infraestructura petrolera.
Este decomiso se suma a otro realizado hace apenas dos semanas en Comalcalco, también en Tabasco, donde se aseguraron 1.5 millones de litros de hidrocarburo. La recurrencia de estos事件s pone en evidencia la falta de controles efectivos para frenar el huachicoleo. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el problema parece lejos de resolverse, y las operaciones ilícitas continúan desafiando la seguridad en la región.
El robo de combustible no solo representa un golpe económico para Pemex, sino también un riesgo ambiental y sanitario. La manipulación inadecuada de hidrocarburos en predios clandestinos puede provocar derrames, incendios o explosiones, poniendo en peligro a las comunidades aledañas. En este caso, las autoridades destacaron que el sitio carecía de las mínimas condiciones de seguridad, lo que agrava la situación.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, encabezada por Omar García Harfuch, celebró el operativo como un avance en la estrategia contra el huachicol. Sin embargo, la magnitud de los decomisos recientes en Tabasco, Tamaulipas y Baja California sugiere que las redes de tráfico de combustible siguen operando con gran sofisticación, desafiando los esfuerzos del gobierno por erradicar esta práctica.
Mientras las investigaciones continúan, la ciudadanía se pregunta hasta cuándo seguirá el huachicol afectando al país. Los operativos como este muestran un esfuerzo por combatir el problema, pero también revelan la profundidad de un mercado ilícito que parece no tener fin. La lucha contra el robo de combustible sigue siendo un reto mayúsculo para las autoridades mexicanas.