La presidenta Claudia Sheinbaum se vio nuevamente en el ojo del huracán tras los bloqueos realizados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la Ciudad de México. Los maestros, que mantienen un paro indefinido desde el 15 de mayo, intensificaron sus protestas bloqueando accesos clave, incluyendo Palacio Nacional, para exigir soluciones a sus demandas laborales. La respuesta de la mandataria: no caer en provocaciones, pero sin ofrecer soluciones concretas.
Desde temprano, los integrantes de la CNTE cerraron vialidades importantes, afectando la movilidad en la capital. Las protestas, que incluyeron un plantón en el Zócalo, buscan presionar al gobierno federal para derogar la Ley del ISSSTE de 2007 y lograr un aumento salarial del 100%. Los maestros acusan a Sheinbaum de ignorar sus demandas y de no cumplir con promesas de diálogo directo.
La conferencia matutina de Sheinbaum, conocida como la “mañanera”, tuvo que realizarse de manera virtual debido a los bloqueos, un hecho inédito que dejó sin acceso a reporteros y funcionarios. La presidenta insistió en que su gobierno mantiene un diálogo permanente con la CNTE, pero las acciones de los maestros sugieren que las negociaciones están lejos de avanzar.
Sheinbaum anunció previamente un aumento salarial del 9% para los docentes, con un 1% adicional a partir de septiembre, además de una semana extra de vacaciones. Sin embargo, la CNTE considera estas medidas insuficientes, exigiendo cambios estructurales en el sistema de pensiones y la abrogación de reformas educativas pasadas. Los maestros han dejado claro que no cederán hasta obtener respuestas claras.
La tensión escaló cuando Sheinbaum canceló una reunión pactada con la CNTE, argumentando que las protestas y bloqueos, incluyendo uno en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, afectaron a la ciudadanía. Esta decisión fue duramente criticada por los maestros, quienes acusaron a la presidenta de falta de voluntad política para resolver el conflicto.
En un intento por calmar los ánimos, Sheinbaum aseguró que no habrá represión contra los manifestantes, destacando que su gobierno apuesta por el diálogo. Sin embargo, las reuniones con las secretarías de Gobernación y Educación Pública no han dado frutos, y los maestros amenazan con extender sus movilizaciones, incluyendo más bloqueos en la capital.
La CNTE también ha rechazado las acusaciones de la presidenta, quien insinuó que las protestas podrían estar ligadas a intereses políticos de derecha. Los maestros se deslindaron de cualquier partido y exigieron respeto, señalando que su lucha es independiente y enfocada en mejorar sus condiciones laborales.
El conflicto con la CNTE pone a prueba la capacidad de Sheinbaum para manejar crisis sociales en los primeros meses de su gobierno. Mientras los maestros mantienen la presión en las calles, la ciudadanía enfrenta las consecuencias de los bloqueos, y el gobierno parece incapaz de encontrar una solución definitiva.
La situación sigue sin resolverse, con la CNTE anunciando más movilizaciones y el gobierno insistiendo en un diálogo que, hasta ahora, no ha dado resultados concretos. La pregunta permanece: ¿hasta cuándo durará este enfrentamiento entre los maestros y la presidencia?