La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el gobierno de Donald Trump buscará revertir un fallo del Tribunal de Comercio de Estados Unidos que bloqueó los aranceles impuestos a México. Esta decisión, que pone en jaque las relaciones comerciales entre ambos países, ha generado incertidumbre en el marco del T-MEC, el tratado que regula el comercio en Norteamérica.
El fallo del tribunal, emitido el pasado miércoles, detuvo los gravámenes que Trump aplicó bajo la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales de 1977. Estos aranceles, que incluían tanto los globales como los recíprocos anunciados en el llamado “Día de la Liberación” el 2 de abril, afectaban directamente las exportaciones mexicanas, especialmente en sectores clave como el automotriz y el acero.
Sheinbaum, en su conferencia matutina desde Palacio Nacional, señaló que México está preparado para responder a esta impugnación. La mandataria destacó que el gobierno de Trump insiste en medidas que podrían desencadenar una guerra comercial, ignorando los beneficios del libre comercio que han fortalecido la economía de la región durante décadas.
La presidenta subrayó que México ha cumplido con sus compromisos en materia de seguridad y migración, incluyendo el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte para combatir el tráfico de fentanilo. Sin embargo, acusó a la administración de Trump de no asumir su responsabilidad en el control del tráfico de armas hacia México, un problema que agrava la violencia en el país.
El intento de Trump por revertir el fallo del tribunal refleja, según Sheinbaum, una estrategia de presión que no respeta la soberanía mexicana. La mandataria insistió en que el diálogo sigue siendo la vía para resolver las tensiones, pero advirtió que México no se quedará de brazos cruzados ante medidas que dañen su economía.
El sector empresarial mexicano ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias de esta impugnación. Industrias como la automotriz, que dependen en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, podrían enfrentar pérdidas millonarias si los aranceles se reactivan, afectando empleos y la competitividad de la región.
Sheinbaum también aprovechó para recordar que el T-MEC, firmado por el propio Trump en su primer mandato, establece un marco de cooperación comercial que beneficia a México, Estados Unidos y Canadá. Romper este acuerdo, afirmó, no solo perjudicaría a México, sino también a empresas estadounidenses como General Motors y Ford, con décadas de operaciones en el país.
La incertidumbre generada por esta disputa comercial ha impactado los mercados financieros, con el peso mexicano enfrentando presiones frente al dólar. Mientras tanto, la postura de Sheinbaum busca proyectar fortaleza y unidad nacional frente a lo que muchos consideran una postura agresiva de la administración Trump.
Este nuevo capítulo en las relaciones México-Estados Unidos evidencia las tensiones que persisten en la región. La decisión final sobre los aranceles y la respuesta de México ante la impugnación de Trump marcarán el rumbo del comercio bilateral en los próximos meses.