Los filtros de seguridad implementados en Santiago han sido clave para detectar estas irregularidades. Según las autoridades locales, muchas de las motos aseguradas tienen reporte de robo o carecen de documentación en regla. Esto pone en evidencia la falta de control sobre el parque vehicular y la facilidad con la que los delincuentes utilizan estos vehículos para cometer crímenes.
En un reciente operativo, una pareja fue detenida tras intentar evadir un filtro de seguridad a bordo de una motocicleta robada. Este caso, que se suma a los 161 aseguramientos, demuestra que los operativos están funcionando, pero también que el problema persiste. Las autoridades insisten en que estos filtros no buscan criminalizar a los motociclistas, sino garantizar un entorno más seguro.
El aumento en el uso de motocicletas para delitos no es un problema nuevo en Nuevo León. Desde 2022, se reportó un incremento del 220% en la circulación de motos, impulsado por la pandemia y el desempleo, que llevó a más personas a usarlas como medio de transporte o para trabajar en aplicaciones de reparto. Sin embargo, esta situación también ha sido aprovechada por la delincuencia.
El fiscal del estado ha señalado que al menos el 80% de los delitos en Nuevo León se cometen a bordo de motocicletas. Esta alarmante cifra ha llevado a las autoridades a intensificar los operativos, revisando tanto a los conductores como a las unidades. Sin embargo, la ciudadanía se pregunta si estas medidas son suficientes para frenar la ola de inseguridad.
Desde el Congreso local, se está trabajando en una legislación para regular el uso de motocicletas. La propuesta incluye la obligatoriedad de placas, el uso de cascos y chalecos, y límites al número de tripulantes. Estas medidas buscan no solo prevenir delitos, sino también garantizar la seguridad de los motociclistas y peatones.
A pesar de los esfuerzos, municipios como Santiago enfrentan retos importantes. Mientras que algunos, como San Pedro, aseguran no tener problemas significativos con las motos, en otros como Juárez o Apodaca los operativos son frecuentes, pero carecen de programas claros para regularizar el parque vehicular. Esto genera una sensación de desorden y falta de coordinación.
La población de Santiago vive con preocupación este panorama. Los operativos son vistos como un paso necesario, pero muchos consideran que el gobierno municipal debe hacer más para atacar las raíces de la inseguridad. La falta de acción integral y la percepción de que los delincuentes operan con impunidad alimentan el descontento.
El aseguramiento de estas 161 motocicletas es solo una parte del problema. Las autoridades destacan que los filtros seguirán, pero el desafío es mayor: lograr una movilidad segura sin criminalizar a los motociclistas que usan estos vehículos para trabajar. La solución, coinciden expertos, está en una regulación efectiva y en operativos que no solo castiguen, sino que prevengan.
Mientras tanto, los habitantes de Santiago y de todo Nuevo León esperan resultados concretos. La inseguridad sigue siendo una sombra que afecta la vida diaria, y las motocicletas, aunque útiles para muchos, se han convertido en un símbolo de los retos que el estado no ha logrado superar.

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En Santiago, Nuevo León, la inseguridad sigue siendo un problema que no da tregua. En lo que va de 2025, las autoridades han asegurado 161 motocicletas en operativos de seguridad en este municipio. Este número refleja el creciente uso de estos vehículos en actividades delictivas, desde robos hasta traslado de drogas, lo que mantiene en alerta a la población.
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