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El “zar de la frontera” de Trump promete redadas masivas: ¿Se intensifica la cacería de migrantes en EE.UU.?

Tom Homan, designado como el “zar de la frontera” por el presidente Donald Trump, anunció un aumento drástico en los operativos migratorios en Estados Unidos. Este jueves, desde los jardines de la Casa Blanca, Homan aseguró que la administración no está conforme con el número actual de detenciones de migrantes y que incrementará significativamente los recursos para cumplir con las promesas de deportaciones masivas.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) será el encargado de liderar estas operaciones. Según Homan, se han reforzado los equipos de agentes dedicados a los arrestos, con un enfoque especial en identificar y detener a migrantes en situación irregular. Este plan busca cumplir con la meta de Trump de deportar a más de un millón de personas al año, una cifra que ha generado controversia.
Homan destacó que ninguna ciudad estadounidense estará exenta de estos operativos. Las llamadas “ciudades santuario”, como Chicago y Nueva York, que han limitado la cooperación con las autoridades migratorias, serán un objetivo prioritario. Si estas ciudades no colaboran, advirtió, enfrentarán consecuencias severas, incluyendo una presencia más agresiva de agentes federales.
La administración Trump ha defendido estas medidas argumentando que la migración irregular representa una amenaza a la seguridad nacional. Homan reiteró que los operativos se centrarán inicialmente en personas con antecedentes penales o órdenes de deportación pendientes, pero no descartó que se amplíen a otros grupos de migrantes indocumentados.
El anuncio llega en un contexto de tensiones legales. Trump ha solicitado a la Corte Suprema que levante una orden judicial que impide deportaciones rápidas a terceros países. Esta restricción ha complicado los planes de la Casa Blanca, ya que permite a los migrantes solicitar amparos legales antes de ser deportados, retrasando los procesos.
Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por estas políticas. Informes recientes, como el de Amnistía Internacional, han denunciado violaciones sistemáticas en centros de detención, incluyendo arrestos arbitrarios y maltrato a migrantes. Estas acusaciones han generado críticas hacia las tácticas de la administración.
En México, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha respondido con medidas para contener la migración en su frontera sur. Sin embargo, expertos señalan que la política migratoria mexicana sigue orientada a satisfacer las demandas de Estados Unidos, lo que podría limitar su capacidad para manejar un posible aumento de deportaciones.
Las medidas de Trump también han generado reacciones en países de Centroamérica y Sudamérica. Honduras y Colombia, por ejemplo, han implementado programas de reintegración para migrantes retornados, ofreciendo incentivos económicos y apoyo social. Sin embargo, la magnitud de las deportaciones propuestas podría superar la capacidad de estos países para recibir a sus ciudadanos.
La política migratoria de Trump continúa siendo un tema polarizante. Mientras algunos sectores aplauden el endurecimiento de las medidas, otros advierten sobre el impacto humano y económico de las deportaciones masivas. Las imágenes de redadas y separaciones familiares podrían generar un costo político significativo para la administración.
A medida que los operativos se intensifican, la Casa Blanca enfrenta el desafío de equilibrar sus promesas de campaña con las limitaciones legales y logísticas. La batalla por el control migratorio en Estados Unidos está lejos de resolverse, y las próximas semanas serán clave para determinar el alcance real de estas políticas.

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