Este jueves, el magnate mexicano Carlos Slim y su hijo, Carlos Slim Domit, sostuvieron una reunión privada con la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional. El encuentro, que duró aproximadamente dos horas, ha desatado especulaciones sobre los temas discutidos y los acuerdos que podrían haberse gestado a puertas cerradas.
El empresario más rico de México llegó al recinto presidencial alrededor de las 15:30 horas, acompañado por su hijo, quien conducía el vehículo. La salida, cerca de las 17:35, fue igual de discreta, con ambos evitando cualquier declaración a los medios que aguardaban en la calle Correo Mayor.
Esta es la tercera vez en lo que va del sexenio de Sheinbaum que Carlos Slim se reúne con la mandataria, lo que levanta preguntas sobre el peso que el empresario tiene en las decisiones del gobierno. La opacidad del encuentro alimenta sospechas sobre posibles negociaciones que podrían beneficiar a Grupo Carso, el conglomerado de Slim.
La relación entre Slim y Sheinbaum no es nueva. Durante su gestión como jefa de gobierno de la Ciudad de México, el empresario participó en proyectos de infraestructura, como la reconstrucción tras el sismo de 2017 y la ampliación de la red de fibra óptica. Estos antecedentes sugieren que el gobierno de Sheinbaum podría estar alineándose con los intereses del magnate.
El silencio de Slim al salir de Palacio Nacional contrasta con sus declaraciones previas, donde ha expresado optimismo sobre el futuro económico de México, especialmente en relación con Estados Unidos. Sin embargo, la falta de transparencia en esta reunión genera dudas sobre los verdaderos objetivos de estos encuentros.
El gobierno de Sheinbaum ha destacado por mantener reuniones de alto perfil con empresarios, como la reciente con Jane Fraser de Citigroup o la cumbre con inversionistas de México y Estados Unidos. Sin embargo, la recurrencia de los encuentros con Slim pone en el centro de la discusión su influencia en la política económica del país.
Mientras el gobierno insiste en promover inversiones y reactivar la economía, la cercanía con figuras como Slim podría interpretarse como una señal de favoritismo hacia ciertos sectores empresariales. Esto, en un contexto donde la aprobación de Sheinbaum alcanza el 80%, según encuestas recientes, podría generar críticas sobre la imparcialidad de su administración.
La reunión también ocurre en un momento delicado, con el gobierno enfrentando desafíos en seguridad y migración, temas que han sido abordados en otros encuentros en Palacio Nacional. La falta de información sobre lo discutido con Slim y su hijo deja un vacío que alimenta especulaciones sobre el rumbo del país.
Por ahora, ni el gobierno ni los Slim han ofrecido detalles sobre el contenido de la reunión. Este hermetismo solo intensifica las preguntas sobre qué tipo de acuerdos se están forjando tras las puertas de Palacio Nacional y cómo estos podrían impactar a los mexicanos.
El poder de Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, sigue siendo un factor inescapable en la política mexicana. Mientras Sheinbaum consolida su liderazgo, estos encuentros privados con el empresario podrían definir el rumbo económico de su gestión, para bien o para mal.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Carlos Slim y su hijo se reúnen en secreto con Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional
Compartir: