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Violencia empaña la previa de la final de la Conference League entre Chelsea y Betis

La ciudad de Breslavia, Polonia, se convirtió en escenario de fuertes enfrentamientos entre aficionados del Chelsea y el Real Betis antes de la final de la UEFA Conference League. Las calles del centro de la ciudad, que albergaría el esperado duelo futbolístico, se vieron sacudidas por episodios de violencia que involucraron a hinchas de ambos equipos.
Los incidentes comenzaron el martes por la noche, cuando grupos de aficionados se enfrentaron en la plaza del Mercado de Breslavia. Según reportes, los hinchas se arrojaron sillas, botellas y otros objetos, generando caos en una de las zonas más concurridas de la ciudad. Videos difundidos en redes sociales captaron las peleas callejeras, mostrando la intensidad de los enfrentamientos.
El miércoles, día del partido, la situación no mejoró. Nuevos altercados se registraron, obligando a la policía polaca a intervenir con cañones de agua y granadas aturdidoras para dispersar a las multitudes. Las autoridades confirmaron la detención de 28 personas, en su mayoría extranjeros, tras los disturbios del miércoles. Entre los detenidos, se reportaron cuatro aficionados españoles, uno por conducta agresiva y tres por el robo de banderas de la UEFA.
El portavoz de la policía de Breslavia, Lukasz Dutkowiak, señaló que los comportamientos violentos de los aficionados de ambos equipos escalaron rápidamente. Las autoridades habían advertido previamente que no tolerarían actos de violencia en la ciudad, y el despliegue policial fue reforzado para evitar una mayor escalada de los conflictos.
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, se pronunció al respecto, destacando la actuación de la policía y reafirmando una postura de “tolerancia cero” contra los hooligans. A través de una publicación en redes sociales, agradeció la respuesta decisiva de las fuerzas de seguridad para controlar la situación en Breslavia.
A pesar de los disturbios, miles de aficionados del Real Betis y del Chelsea llegaron a la ciudad para apoyar a sus equipos. Se estima que más de 15,000 seguidores béticos viajaron a Polonia, aunque solo 12,500 contaban con entradas para el partido. La pasión de los hinchas, que llenaron las calles de cánticos y colores, se vio opacada por los actos violentos de un grupo reducido.
La final de la Conference League, que enfrentaba al Real Betis contra el Chelsea, representaba un momento histórico para el club español, que buscaba su primer título continental. Por su parte, el Chelsea, con un historial de éxitos europeos, aspiraba a completar su palmarés con este trofeo. Sin embargo, los enfrentamientos previos dejaron un sabor amargo en la antesala del encuentro.
La policía polaca continúa identificando a los responsables de los disturbios, mientras que la UEFA no ha emitido comentarios oficiales sobre posibles sanciones a los clubes. Los incidentes han generado preocupación sobre la seguridad en eventos deportivos de gran magnitud, especialmente en una ciudad que había preparado un amplio dispositivo para recibir a los aficionados.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por mantener el orden, los enfrentamientos entre hinchas han puesto en entredicho la capacidad de prevenir estos actos en eventos masivos. La final, que prometía ser una fiesta del fútbol, quedó marcada por la violencia antes de que rodara el balón.
El partido se llevó a cabo en el Estadio Municipal de Breslavia, con ambos equipos enfocados en la gloria deportiva. Sin embargo, los hechos previos dejaron una sombra sobre lo que debería haber sido una celebración del fútbol europeo.

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