Un tribunal federal de Jalisco ha solicitado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que resuelva de una vez por todas si Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como el “Jefe de Jefes” y exlíder del Cártel de Guadalajara, es culpable del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985. Este caso, que marcó un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico en México, sigue generando controversia tras casi cuatro décadas.
Félix Gallardo, de 79 años, lleva 37 años en prisión cumpliendo una condena de 40 años por delitos como acopio de armas, cohecho y narcotráfico. Sin embargo, el homicidio de Camarena, un agente estadounidense torturado y asesinado en Guadalajara, ha sido uno de los crímenes más emblemáticos ligados al capo. Ahora, el tribunal busca que la Corte determine si la sentencia por este caso específico debe mantenerse o ser revisada.
La solicitud fue turnada a la ministra Margarita Ríos Farjat, quien tendrá la responsabilidad de analizar el amparo promovido por la defensa de Félix Gallardo. Este amparo busca cuestionar la culpabilidad del capo en el asesinato de Camarena, un caso que desató tensiones diplomáticas entre México y Estados Unidos en los años 80 y que aún resuena en la memoria colectiva.
El crimen de Kiki Camarena no solo expuso la brutalidad del narcotráfico en México, sino que también evidenció la corrupción en las altas esferas del gobierno mexicano de la época. La investigación del caso reveló nexos entre el Cártel de Guadalajara y funcionarios públicos, lo que llevó a una presión internacional para esclarecer el asesinato y castigar a los responsables.
Félix Gallardo, considerado uno de los fundadores del narcotráfico moderno en México, ha argumentado en el pasado que las pruebas en su contra no son suficientes para sostener la condena por el homicidio. Su defensa ha insistido en irregularidades en el proceso judicial, lo que ha motivado esta nueva solicitud de revisión ante la Suprema Corte.
La decisión de la Corte podría tener implicaciones significativas, no solo para Félix Gallardo, quien podría buscar una reducción de su condena o incluso su libertad, sino también para la percepción de la justicia en casos históricos de alto impacto. El “Jefe de Jefes” cumple su sentencia en el penal de Puente Grande, Jalisco, y, de no modificarse, terminaría de compurgarla en 2029.
Este caso revive el debate sobre la efectividad del sistema judicial mexicano en la lucha contra el crimen organizado. Mientras algunos ven en Félix Gallardo un símbolo de la impunidad de los grandes capos, otros consideran que su larga estancia en prisión es prueba de que la justicia, aunque lenta, puede alcanzar a los responsables.
La resolución de la Suprema Corte será clave para determinar si este capítulo de la historia del narcotráfico en México se cierra o si, por el contrario, se abre una nueva etapa de cuestionamientos. Por ahora, el país espera la decisión que podría redefinir el legado judicial de uno de los casos más sonados del siglo pasado.