El Tribunal Internacional de Comercio de Estados Unidos ha asestado un duro golpe a la política comercial del presidente Donald Trump. En una decisión unánime, tres jueces determinaron que los aranceles generalizados impuestos por Trump a las importaciones de casi todos los países son ilegales, al considerar que el mandatario se extralimitó en sus facultades al invocar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977.
La sentencia, emitida este miércoles en Manhattan, responde a múltiples demandas presentadas contra la administración Trump. Los demandantes, que incluyen a una docena de estados liderados por Nueva York y varias empresas, argumentaron que el presidente actuó sin la aprobación del Congreso, violando la Constitución y generando caos económico. Según los jueces, la ley no otorga al presidente la autoridad para imponer aranceles masivos de manera unilateral.
Los aranceles de Trump, anunciados como parte de su “Día de la Liberación” el 2 de abril, incluían un impuesto del 10% a importaciones de todo el mundo, con gravámenes más altos para países como China (145%) y la Unión Europea (20%). Estas medidas desataron una guerra comercial global, con represalias de socios comerciales clave y temores de una recesión económica.
La demanda presentada por los estados, encabezada por Nueva York, señaló que los aranceles han causado graves daños económicos. Los impuestos elevaron los costos de bienes esenciales, desde electrónicos hasta materiales de construcción, afectando a consumidores y empresas. Los demandantes sostienen que la política comercial de Trump depende de sus “caprichos”, sin un criterio razonado.
El fallo del tribunal destaca que la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional solo permite al presidente imponer medidas en respuesta a amenazas “inusuales y extraordinarias”. Los jueces consideraron que Trump no justificó adecuadamente la emergencia nacional que declaró para imponer los aranceles, lo que constituye una extralimitación de su autoridad.
Esta decisión no es definitiva, ya que el gobierno de Trump puede apelar ante un juzgado federal. Sin embargo, representa un revés significativo para su estrategia proteccionista, que buscaba revitalizar la industria estadounidense a costa de aumentar los precios y tensionar las relaciones con aliados comerciales.
El impacto de los aranceles ya se ha sentido en los mercados globales. Desde su anuncio, las bolsas mundiales, incluyendo Wall Street, registraron caídas significativas. Economistas advierten que, de mantenerse, estas políticas podrían desencadenar una recesión, afectando especialmente a las clases medias y trabajadoras.
La batalla legal ha generado alianzas inusuales, uniendo a estados demócratas con grupos libertarios que buscan limitar el poder presidencial. Algunos legisladores, como el senador Chuck Grassley, han propuesto leyes para exigir que el Congreso apruebe futuros aranceles, aunque estas iniciativas enfrentan obstáculos debido al respaldo de muchos republicanos a Trump.
Mientras tanto, países como China y la Unión Europea han respondido con contramedidas, intensificando las tensiones comerciales. China, por ejemplo, impuso aranceles de hasta 125% a productos estadounidenses, mientras que la Unión Europea prepara medidas de emergencia para proteger sus industrias.
El fallo del tribunal marca un momento crítico en la guerra comercial desatada por Trump. A medida que el caso avanza, el mundo observa si esta decisión frenará las políticas proteccionistas del presidente o si su administración encontrará nuevas formas de imponer su agenda comercial.