En un acto sin precedentes, más de 80 taxistas de la base Solar en Metepec, Estado de México, tomaron la justicia en sus manos al detener a tres presuntos extorsionadores que los acosaban desde hace dos años. Los conductores, hartos de las amenazas y cobros ilegales, bloquearon la avenida Tecnológico frente a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México para exigir que los responsables no queden en libertad.
Los taxistas denunciaron que los presuntos delincuentes, vinculados a La Nueva Familia Michoacana, les exigían pagos mensuales de hasta 1,500 pesos por vehículo, además de cuotas semanales de 200 pesos. Estas extorsiones, acompañadas de amenazas de violencia, los habían dejado al borde de la quiebra, afectando su capacidad para sostener a sus familias.
El lunes por la mañana, los taxistas organizaron un operativo para capturar a los extorsionadores. Bajo el pretexto de una negociación, lograron retener a los tres hombres, a quienes entregaron a las autoridades ministeriales tras golpearlos. El bloqueo de la avenida Tecnológico fue una medida desesperada para visibilizar su situación y exigir justicia.
Los conductores relataron que las extorsiones comenzaron hace dos años, cuando los agresores se presentaron en la zona, imponiendo cuotas bajo amenazas de dañar a quienes se negaran a pagar. La presión se intensificó recientemente con aumentos en los montos exigidos, lo que llevó a los taxistas a actuar por cuenta propia ante la aparente inacción de las autoridades.
Durante la protesta, los manifestantes dejaron claro que los tres detenidos no son los únicos responsables. Señalaron que forman parte de un grupo más grande que opera en la región, lo que genera temor de represalias si los capturados son liberados o reemplazados por otros miembros del grupo delictivo.
La acción de los taxistas fue escoltada por elementos de la policía municipal y estatal, quienes resguardaron el traslado de los presuntos extorsionadores a la Fiscalía. Sin embargo, los conductores expresaron su desconfianza en el sistema judicial, temiendo que los responsables puedan salir libres debido a fallas en el proceso legal.
Los taxistas aprovecharon el momento para exigir garantías de seguridad y medidas de protección para quienes alzaron la voz. Su sustento, afirmaron, depende exclusivamente de su trabajo diario, y las extorsiones los han llevado a una situación insostenible, donde apenas logran cubrir sus necesidades básicas.
La protesta puso en evidencia un problema más amplio en Metepec y otros municipios del Estado de México, donde la extorsión a trabajadores del transporte público se ha convertido en una práctica recurrente. Las autoridades locales y estatales enfrentan ahora el desafío de responder a estas demandas y garantizar que los responsables enfrenten consecuencias.
Este incidente refleja la creciente desesperación de los ciudadanos ante la inseguridad y la falta de acción efectiva por parte de las autoridades. Los taxistas de Metepec han enviado un mensaje claro: no tolerarán más abusos y están dispuestos a actuar para defender su derecho a trabajar en paz.