El Cabildo de Chihuahua ha decidido volver a analizar la solicitud de un crédito por 570 millones de pesos para financiar obras viales en la ciudad. La propuesta, que busca mejorar la infraestructura urbana, ha generado controversia entre los regidores y la ciudadanía, quienes cuestionan la necesidad de endeudarse nuevamente.
El crédito, gestionado a través de Banobras, estaría destinado a la construcción de tres puentes vehiculares en puntos clave de la capital. Según el gobierno municipal, estas obras son esenciales para aliviar el tráfico y mejorar la conectividad en una ciudad que enfrenta constantes problemas de movilidad.
Sin embargo, no todos están convencidos. Algunos regidores han expresado su preocupación por el impacto que este endeudamiento podría tener en las finanzas públicas. Argumentan que el municipio ya enfrenta compromisos económicos significativos, y sumar otra deuda podría ser riesgoso a largo plazo.
La discusión no es nueva. En noviembre de 2024, el Cabildo había aprobado inicialmente este crédito, pero las críticas de diversos sectores obligaron a reconsiderar la decisión. Organizaciones ciudadanas han pedido mayor transparencia sobre cómo se utilizarán los recursos y qué beneficios concretos traerán estas obras.
Por su parte, el gobierno municipal defiende el proyecto, asegurando que las obras viales son una inversión necesaria para el desarrollo de Chihuahua. Según las autoridades, los puentes no solo reducirán los tiempos de traslado, sino que también impulsarán la economía local al facilitar el acceso a zonas comerciales.
Críticos del proyecto señalan que la priorización de grandes obras viales podría descuidar otras necesidades urgentes, como el mantenimiento de calles existentes o mejoras en el transporte público. La falta de un plan integral de movilidad ha sido un punto recurrente en las críticas.
La nueva revisión del crédito se llevará a cabo en las próximas semanas, y se espera un intenso debate en el Cabildo. Los regidores tendrán que evaluar si el beneficio de las obras justifica el costo financiero, en un contexto donde la ciudadanía exige rendición de cuentas.
El tema ha dividido opiniones. Mientras algunos ven el crédito como un paso hacia la modernización de Chihuahua, otros lo consideran un riesgo innecesario que podría agravar la situación económica del municipio. La decisión final marcará el rumbo de la administración local en los próximos años.
La ciudadanía, por su parte, sigue atenta. Muchos exigen que se realicen consultas públicas para garantizar que las obras respondan a las verdaderas necesidades de la población. Por ahora, el futuro de este crédito sigue en el aire, con más preguntas que respuestas.
Lo cierto es que el debate sobre el endeudamiento municipal no termina aquí. Chihuahua enfrenta el reto de equilibrar el desarrollo urbano con la responsabilidad fiscal, en un momento donde la confianza en las instituciones es más importante que nunca.