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México y EU avanzan en negociaciones para reabrir frontera al ganado, pero ¿cuándo se resolverá el caos?

Las negociaciones entre México y Estados Unidos para reabrir la frontera al comercio de ganado están en marcha, pero la incertidumbre persiste. El cierre, vigente desde el 11 de mayo, se debe a la presencia del gusano barrenador, una plaga que amenaza la salud animal y la economía ganadera. La Secretaría de Agricultura, encabezada por Julio Berdegué, asegura que hay avances, pero la falta de una fecha clara mantiene en vilo a los productores mexicanos.
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha destacado la comunicación constante con las autoridades estadounidenses. Sin embargo, los resultados concretos brillan por su ausencia. La frontera sigue cerrada, y los ganaderos enfrentan pérdidas millonarias. Según el Consejo Nacional Agropecuario, el impacto económico asciende a 11.4 millones de dólares diarios, una cifra que pone en jaque a un sector clave para el país.
En Chihuahua, la gobernadora María Eugenia Campos ha expresado su preocupación por el impacto en la economía local. Su administración está en contacto con la Secretaría de Agricultura, pero las promesas de una pronta solución no calman la inquietud. Los ganaderos de la región, que exportan miles de cabezas de ganado anualmente, ven cómo sus costos se acumulan sin un horizonte claro.
El gusano barrenador, una larva que ataca el tejido vivo de los animales, es el origen del problema. México había erradicado esta plaga en 1991, pero su reaparición en Chiapas, proveniente de Centroamérica, encendió las alarmas en Estados Unidos. La secretaria de Agricultura de ese país, Brooke Rollins, ha insistido en medidas estrictas, incluyendo revisiones mensuales hasta que la plaga esté bajo control.
Las autoridades mexicanas han propuesto la reapertura de una planta de moscas estériles para combatir al gusano barrenador. Este método, que interrumpe el ciclo reproductivo de la plaga, ya está en negociación con Estados Unidos. Sin embargo, la falta de detalles sobre su implementación genera dudas sobre la efectividad de la estrategia.
Mientras tanto, los productores enfrentan gastos crecientes. En Chihuahua, se calcula que mantener a 120 mil reses en espera cuesta 21.6 millones de pesos diarios solo en alimentación. Durante los 15 días de cierre, los ganaderos han desembolsado más de 324 millones de pesos, una carga que se suma a las pérdidas del cierre anterior en noviembre de 2024.
El gobierno federal insiste en que las negociaciones están avanzadas. Julio Berdegué y Brooke Rollins acordaron medidas específicas en una reciente videoconferencia, y una misión del Departamento de Agricultura de Estados Unidos visitará México pronto para verificar los protocolos. Sin embargo, la ausencia de un calendario definido mantiene la tensión.
La Secretaría de Agricultura presume un descenso del 51.8% en los casos de gusano barrenador desde abril. Aunque este dato pretende ser alentador, no ha sido suficiente para convencer a las autoridades estadounidenses. La reapertura de la frontera sigue en el limbo, y los ganaderos exigen soluciones inmediatas.
En estados como Sonora y Chihuahua, que lideran la exportación de ganado, la presión es aún mayor. Los productores locales, respaldados por sus gobiernos estatales, piden claridad y acción. Mientras tanto, el comercio binacional, crucial para ambos países, permanece estancado.
La situación pone en evidencia los retos de la cooperación entre México y Estados Unidos. Aunque ambos gobiernos hablan de colaboración, los resultados tardan en llegar. Los ganaderos mexicanos, atrapados en la burocracia y la incertidumbre, esperan que las promesas se traduzcan en hechos pronto.

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