Una corte federal de Estados Unidos bloqueó este miércoles la ambiciosa política arancelaria del presidente Donald Trump, un revés significativo para una de las promesas clave de su segundo mandato. El fallo, emitido por la Corte de Comercio Internacional, señala que el presidente excedió sus poderes al intentar imponer aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales de 1977.
El panel de tres jueces, nombrados por Trump, Ronald Reagan y Barack Obama, determinó que el Congreso no otorga al presidente una autoridad ilimitada para regular importaciones mediante aranceles. La decisión declara inconstitucionales las órdenes de aranceles globales y recíprocos, incluyendo los gravámenes anunciados el 2 de abril, bautizado por Trump como el “Día de la Liberación”.
La política arancelaria de Trump buscaba imponer tasas de al menos 10% a productos importados de numerosos países, con aranceles específicos del 25% a Canadá, México y China. Según el presidente, estas medidas eran necesarias para contrarrestar el déficit comercial de Estados Unidos, al que calificó como una “emergencia nacional” que afecta a trabajadores e industrias.
Sin embargo, los jueces argumentaron que Trump violó la Constitución al excederse en sus facultades, ya que el Congreso tiene la autoridad principal sobre los aranceles. La orden judicial suspende permanentemente estas medidas, aunque la mayoría ya estaban en pausa tras fuertes caídas en los mercados financieros el 9 de abril, cuando Trump decidió mantener solo aranceles del 10% durante 90 días para negociar con otros países.
La Casa Blanca, a través de su portavoz Kush Desai, anunció que apelará el fallo. Desai defendió la política de Trump, afirmando que los déficits comerciales han dañado a la sociedad y la industria estadounidense, y que no corresponde a jueces no electos decidir cómo enfrentar esta “emergencia nacional”.
El fallo generó reacciones inmediatas en los mercados. Wall Street cerró con alzas de más del 1% en las operaciones electrónicas, reflejando el alivio de los inversores ante la incertidumbre que generaban los aranceles. Los analistas señalan que esta decisión podría reducir la presión sobre los precios de bienes importados, beneficiando a los consumidores.
La controversia no es nueva. Trump ha utilizado los aranceles como herramienta clave en su estrategia comercial, generando tensiones con aliados como la Unión Europea, Canadá y México. Países como China han respondido con aranceles de represalia, intensificando una guerra comercial que amenaza la economía global.
La decisión de la corte también pone en duda el futuro de las negociaciones comerciales de Trump. Mientras algunos países buscan acuerdos bilaterales, otros, como la Unión Europea, han preparado medidas de represalia en caso de que los aranceles se reactiven.
Este revés judicial marca un momento crítico para la agenda económica de Trump. Aunque el presidente insiste en que sus políticas protegerán los empleos estadounidenses, los críticos advierten que los aranceles podrían encarecer productos y dañar las relaciones comerciales internacionales.
Por ahora, la batalla legal está lejos de terminar. La apelación prometida por la Casa Blanca podría llevar el caso al Tribunal Supremo, donde se definirá si Trump puede continuar con su estrategia proteccionista o si el Congreso recuperará el control sobre el comercio exterior.