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Ganado mexicano en crisis: productores venden a precios de remate

En el mercado nacional, los productores de ganado están enfrentando una dura realidad. El precio por cabeza ha caído drásticamente, pasando de casi 40 mil pesos a apenas 24 mil pesos. Esta situación está golpeando a los ganaderos, quienes ven cómo sus ingresos se desploman sin una solución clara a la vista.
La crisis no es un hecho aislado. Factores como el cierre temporal de la frontera con Estados Unidos para la exportación de ganado han generado un exceso de oferta en el mercado interno. Esto ha obligado a los productores a vender a precios mucho más bajos para evitar pérdidas aún mayores.
El impacto económico es severo. En Chihuahua, uno de los estados líderes en producción ganadera, los ganaderos reportan pérdidas millonarias. En tan solo 10 días de bloqueo a las exportaciones, se estiman afectaciones por 90 millones de dólares, según datos recientes.
La falta de certificaciones exclusivas para el ganado chihuahuense agrava el problema. Sin un distintivo que garantice la calidad de sus reses, los productores locales pierden competitividad en el mercado internacional, lo que los obliga a depender del mercado nacional, saturado y con precios a la baja.
A esto se suma la amenaza del gusano barrenador, un parásito que ha llevado a extender la emergencia zoosanitaria en el sur del país. Chihuahua, aunque en una zona menos afectada, no está exento de riesgos, y los ganaderos temen que el problema se extienda, complicando aún más la comercialización.
Las autoridades han intentado responder. Por ejemplo, se ha propuesto un presupuesto de 100 millones de pesos para realizar un barrido epidemiológico contra la brucelosis bovina, una medida para proteger el estatus sanitario del ganado. Sin embargo, los costos de estas pruebas recaen en gran parte sobre los productores, quienes ya enfrentan gastos elevados.
La situación pone en evidencia la vulnerabilidad del sector ganadero. La dependencia de las exportaciones a Estados Unidos, combinada con la falta de apoyos suficientes y la presión de enfermedades zoonóticas, deja a los productores en una posición cada vez más complicada.
El panorama no es alentador. Mientras los precios en el mercado nacional siguen cayendo, los ganaderos piden medidas urgentes para estabilizar la industria. La incertidumbre crece, y con ella, el riesgo de que un sector clave para la economía mexicana continúe debilitándose.
Sin soluciones rápidas, los productores seguirán enfrentando pérdidas. La ganadería, uno de los pilares de la economía en estados como Chihuahua, necesita atención inmediata para evitar un colapso mayor.
La crisis actual es un recordatorio de los retos que enfrenta el campo mexicano. Los ganaderos no solo lidian con los vaivenes del mercado, sino también con la falta de políticas que les permitan competir en igualdad de condiciones.

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