Un nuevo caso de pinchazo en el Metro de Monterrey ha sido confirmado por la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, elevando la preocupación entre los usuarios del transporte público. Este incidente, el cuarto reportado en las últimas semanas, ocurrió en la Línea 2, entre las estaciones Fundidora y Félix U. Gómez, según las autoridades.
La víctima, un joven estudiante de preparatoria, denunció haber sentido un pinchazo mientras viajaba en el vagón. Minutos después, comenzó a experimentar mareos y desorientación, síntomas similares a los reportados en casos anteriores. El afectado fue atendido por personal de Protección Civil de Metrorrey, quienes lo trasladaron para una valoración médica.
Las autoridades han revelado que, en al menos dos de los casos anteriores, las cámaras de seguridad captaron a mujeres como las presuntas responsables de los ataques. Sin embargo, hasta el momento, no hay detenidos, lo que genera críticas por la falta de avances en las investigaciones.
El fiscal Javier Flores Saldívar informó que las pruebas toxicológicas realizadas a las víctimas han resultado negativas para sustancias peligrosas. A pesar de esto, la sensación de inseguridad entre los usuarios del Metro no disminuye, especialmente tras la confirmación de este nuevo incidente.
Este fenómeno, que comenzó a reportarse en la Ciudad de México con más de 120 casos, parece extenderse a Monterrey. Los pinchazos, que inicialmente se creían aislados, ahora son una preocupación recurrente en el transporte público de la capital de Nuevo León.
El secretario de Seguridad, Gerardo Escamilla, anunció un reforzamiento de la vigilancia en las estaciones del Metro. Sin embargo, los ciudadanos cuestionan la efectividad de estas medidas, dado que los incidentes continúan ocurriendo sin que se identifique a los culpables.
La Fiscalía ha exhortado a los usuarios a reportar cualquier incidente sospechoso al 911 y a mantenerse alerta. También se han implementado operativos en zonas de alto riesgo, pero la falta de resultados concretos mantiene a la población en vilo.
Organizaciones civiles han advertido que estos ataques podrían estar relacionados con intentos de robo o agresiones más graves. La incertidumbre sobre las intenciones detrás de los pinchazos aumenta la percepción de inseguridad en el área metropolitana.
La ciudadanía exige respuestas claras y acciones contundentes por parte de las autoridades. Mientras tanto, el Metro, un medio de transporte esencial para miles de personas, se ha convertido en un espacio donde la desconfianza y el temor están en aumento.
Este nuevo caso pone en evidencia los retos que enfrenta el gobierno estatal para garantizar la seguridad de los ciudadanos. La falta de detenciones y la repetición de estos incidentes alimentan las críticas hacia las estrategias de seguridad en Nuevo León.