En un operativo que pone en jaque al crimen organizado, México entregó a Estados Unidos a José Juan, conocido como “El J3” o “Chepa”, identificado como líder de la célula criminal Los Demonios, vinculada al temido Cártel de Sinaloa. La extradición, realizada en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, marca un nuevo capítulo en la lucha contra el narcotráfico.
José Juan, alias El J3, fue detenido el pasado 10 de mayo en Nogales, Sonora, en un operativo conjunto entre autoridades mexicanas y estadounidenses. Su captura no fue tarea fácil, pero refleja la presión que ambos países están ejerciendo contra las redes criminales que operan en la frontera.
El J3 era un pez gordo en el mundo del narco. Según las autoridades, este sujeto supervisaba el tráfico de heroína y metanfetamina desde México hasta Phoenix, Arizona. Su papel como líder de Los Demonios lo convirtió en un objetivo prioritario para la justicia estadounidense.
La Fiscalía General de la República informó que El J3 enfrenta cargos por asociación delictuosa y delitos contra la salud. Estos delitos, relacionados con el tráfico de drogas, lo tienen en la mira de la Corte Federal para el Distrito de Arizona, donde será juzgado.
Los Demonios, la célula que lideraba El J3, es conocida por ser un brazo armado del Cártel de Sinaloa, específicamente ligado a la facción de Los Mayos. Este grupo no solo se dedica al narcotráfico, sino que también ha estado involucrado en actividades violentas para mantener el control de sus rutas.
La extradición de El J3 se suma a una serie de golpes contra el narcotráfico en México. Hace apenas unos meses, el gobierno mexicano entregó a 29 capos, incluyendo a figuras como Rafael Caro Quintero, en un operativo sin precedentes que buscaba calmar las tensiones con Estados Unidos.
Sin embargo, la entrega de estos criminales no parece frenar la ola de violencia que azota regiones como Sinaloa. La guerra interna entre facciones del Cártel de Sinaloa, como Los Chapitos y La Mayiza, sigue dejando un rastro de sangre y caos en el país.
La captura y extradición de El J3 es un mensaje claro: las autoridades no descansarán hasta desmantelar las redes del narcotráfico. Sin embargo, mientras el gobierno presume estos logros, la inseguridad en las calles sigue siendo una deuda pendiente para millones de mexicanos.
Este caso también pone en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad en México. Los Demonios, como muchas otras células criminales, han operado con impunidad durante años, aprovechando la porosidad de la frontera y la falta de una estrategia efectiva.
La extradición de El J3 no será el fin del Cártel de Sinaloa, pero sí un duro golpe a su estructura. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo seguirán operando estas redes criminales mientras la violencia no da tregua en el país?

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¡Extraditan a líder narco a EU! El J3, ligado al Cártel de Sinaloa, enfrentará la justicia por tráfico de drogas
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