El cohete Starship, joya de SpaceX y sueño de Elon Musk para conquistar Marte, logró un hito al alcanzar la órbita terrestre en su noveno vuelo de prueba. El despegue, transmitido en vivo, mantuvo a miles al borde de sus asientos mientras la nave de 121 metros despegaba desde Starbase, cerca de Brownsville, Texas.
Este lanzamiento marcó un avance significativo. A diferencia de los dos intentos previos, que terminaron en explosiones minutos después del despegue, esta vez el Starship logró la separación programada de su propulsor Super Heavy. Este componente, equipado con 33 motores Raptor, fue reutilizado por primera vez tras una prueba anterior, mostrando el potencial de la tecnología de SpaceX.
Sin embargo, la misión no estuvo exenta de problemas. Aproximadamente una hora después del despegue, SpaceX perdió contacto con la nave. La causa: una fuga de combustible que provocó una pérdida de presión en el tanque, desestabilizando el control de altitud necesario para la reentrada en la atmósfera terrestre.
Dan Huot, portavoz de SpaceX, explicó que estas fugas impidieron que la nave mantuviera su orientación. Como resultado, el Starship sufrió lo que la compañía describió como un “rápido desmontaje imprevisto”, un eufemismo para una desintegración en pleno vuelo, cayendo finalmente en el océano Índico.
Uno de los objetivos clave de esta misión era desplegar satélites simulados de Starlink en órbita, pero un fallo en el portón de la nave frustró este plan. También se buscaba probar los escudos térmicos diseñados para proteger al Starship de las altas temperaturas durante la reentrada, una meta que quedó sin cumplirse.
A pesar del revés, Elon Musk se mostró optimista. En su plataforma X, destacó que alcanzar la separación programada fue una gran mejora respecto a vuelos anteriores. SpaceX ya planea futuros lanzamientos con un ritmo más acelerado, uno cada tres o cuatro semanas.
El Starship, diseñado para ser el cohete más potente jamás construido, es crucial para los planes de la NASA de regresar a la Luna y, eventualmente, llevar humanos a Marte. Aunque esta prueba no logró todos sus objetivos, cada fallo aporta datos valiosos para perfeccionar la nave.
La visión de Musk sigue siendo ambiciosa: colonizar Marte y hacer de la humanidad una especie multiplanetaria. Este último vuelo, aunque accidentado, demuestra que SpaceX está cada vez más cerca de ese sueño, aprendiendo de cada desafío en el camino.