En un golpe contra el crimen organizado, autoridades capturaron en Monterrey, Nuevo León, a Óscar “N”, conocido como “El Pachuco”, un exintegrante del cártel de Los Zetas. Este sujeto, de 46 años, era buscado por su presunta participación en el asesinato de seis personas, incluyendo tres agentes de la Policía Estatal Investigadora, en un violento ataque ocurrido en 2009 en Rosario Tesopaco, Sonora.
El operativo fue un esfuerzo coordinado entre la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora y la Fiscalía de Nuevo León. La detención de “El Pachuco” representa un avance en un caso que ha perseguido a las autoridades por más de una década, evidenciando la persistencia de la violencia ligada al crimen organizado en México.
Los hechos ocurrieron la madrugada del 15 de septiembre de 2009, cuando un comando armado irrumpió en la Base Operativa de la Policía Estatal Investigadora en Rosario Tesopaco. Los atacantes no solo asesinaron a tres agentes, sino que también causaron la muerte de tres civiles, incluido un funcionario judicial.
Entre las víctimas se encontraba Ramón “N”, jefe de grupo de la Policía Estatal Investigadora, junto con los agentes José Ángel “N” y José Antonio “N”. Además, perdieron la vida Jorge “N”, Lesly “N” y Javier Alfonso “N”, quien fungía como secretario de acuerdos en la antigua Procuraduría General de Justicia del Estado.
El ataque no se limitó a los asesinatos. Los criminales incendiaron vehículos oficiales y causaron daños significativos por disparos de arma de fuego en una base policial y un hotel local. Este episodio marcó un capítulo oscuro en la historia de Sonora, reflejando la brutalidad de Los Zetas en su apogeo.
“El Pachuco” enfrenta cargos graves, incluyendo homicidio calificado, privación ilegal de la libertad, robo con violencia y daños por incendio. Su captura en Monterrey es la tercera detención relacionada con este caso, lo que demuestra que la justicia, aunque lenta, sigue su curso.
En 2016, otro implicado, Francisco “N”, alias “El 2000” o “El Panchio”, identificado como líder de la célula responsable, fue detenido en Sinaloa y posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde permanece preso. Otros presuntos participantes, como “El Minero”, “El Negro” y “El Rambo”, también han sido capturados a lo largo de los años.
La detención de “El Pachuco” resalta los esfuerzos de las autoridades por desmantelar redes del crimen organizado, pero también pone en evidencia un problema persistente. La violencia de los cárteles sigue siendo un desafío mayúsculo, con raíces profundas que aún afectan a comunidades enteras.
Este caso es un recordatorio de la impunidad que durante años ha permitido que criminales como “El Pachuco” evadan la justicia. Las autoridades señalan que continuarán trabajando para desarticular estas organizaciones, pero los ciudadanos exigen resultados más contundentes frente a la inseguridad.
La captura de este exmiembro de Los Zetas es un paso, pero la lucha contra el crimen organizado está lejos de terminar. La sociedad espera que casos como este no queden solo en detenciones aisladas, sino que se traduzcan en una verdadera reducción de la violencia en el país.