Han pasado 600 días desde que estalló el conflicto en la Franja de Gaza, y la situación sigue deteriorándose. La ofensiva militar iniciada el 7 de octubre de 2023 ha dejado un saldo devastador, con miles de víctimas, millones de desplazados y una destrucción sin precedentes. Los bombardeos y enfrentamientos entre Israel y grupos palestinos, principalmente Hamás, han convertido al enclave en un escenario de sufrimiento constante.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 53,900 palestinos han perdido la vida desde el inicio del conflicto. Entre las víctimas, casi 3,750 han fallecido desde marzo de 2025, cuando Israel rompió un alto al fuego pactado en enero. Estas cifras incluyen a mujeres, niños y ancianos, muchos de los cuales han muerto en ataques a refugios, hospitales y zonas civiles.
El impacto en la población es abrumador. Alrededor de 1.9 millones de personas, casi el 90% de los habitantes de Gaza, han sido desplazadas de sus hogares. Muchas han huido varias veces, buscando refugio en campos superpoblados como Rafah o Al Mawasi, donde las condiciones de vida son extremas, con acceso limitado a agua, comida y servicios básicos.
La infraestructura de Gaza está en ruinas. Más del 70% de las viviendas han sido destruidas, especialmente en el norte, que se considera prácticamente inhabitable. Escuelas, hospitales y centros de distribución de ayuda han sido blanco de bombardeos, lo que agrava la crisis humanitaria y dificulta la llegada de asistencia.
La comunidad internacional ha expresado creciente preocupación. La ONU ha advertido que una de cada cinco personas en Gaza enfrenta riesgo de hambruna entre mayo y septiembre de 2025. La falta de alimentos, el aumento de precios y el bloqueo de ayuda humanitaria han llevado a casos de inanición, con al menos 29 niños y ancianos fallecidos por esta causa en días recientes.
Los ataques a instalaciones médicas han sido especialmente graves. El hospital Nasser en Jan Yunis, uno de los pocos aún operativos, fue bombardeado en marzo, causando incendios y víctimas. Organizaciones como la Cruz Roja han condenado la muerte de paramédicos y trabajadores humanitarios, atrapados en el fuego cruzado mientras intentan salvar vidas.
La situación en los campos de desplazados es desesperada. En Jabalia al Balad, un bombardeo reciente dejó decenas de personas atrapadas bajo los escombros de un edificio de cuatro plantas. Los equipos de rescate estiman que más de 50 personas podrían estar aún bajo los restos, mientras las autoridades reportan hasta 61,700 víctimas totales, incluyendo desaparecidos.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las negociaciones de paz no avanzan. Hamás ha acusado a Israel de no buscar un alto al fuego genuino, mientras que el gobierno israelí insiste en su objetivo de neutralizar a los grupos armados. Países como Francia y España han pedido el cese de las hostilidades y la apertura de corredores humanitarios, pero la ayuda sigue llegando a cuentagotas.
El conflicto también ha generado tensiones en la región. En Cisjordania, la violencia ha aumentado, con redadas israelíes que han dejado víctimas, incluyendo niños. La comunidad internacional, incluida la Corte Internacional de Justicia, ha instado a Israel a evitar actos que puedan calificarse como genocidio, pero las operaciones militares continúan.
Mientras Gaza enfrenta el frío, la lluvia y la escasez, el mundo observa una crisis que parece no tener fin. La población gazatí, atrapada entre la violencia y la desesperación, espera una solución que devuelva la paz a un territorio devastado por 600 días de conflicto ininterrumpido.