El gobierno de Estados Unidos emitió una advertencia contundente, instando a sus ciudadanos a no viajar a Venezuela bajo ninguna circunstancia. La alerta, clasificada en el nivel 4, el más alto, señala un panorama alarmante en el país sudamericano, marcado por detenciones arbitrarias, violencia y un sistema de salud colapsado.
El Departamento de Estado subrayó que Venezuela representa un riesgo extremo debido a la posibilidad de arrestos injustificados, torturas, terrorismo y secuestros. Las autoridades estadounidenses indicaron que las fuerzas de seguridad venezolanas han detenido a ciudadanos extranjeros, incluidos estadounidenses, sin notificar a sus gobiernos ni permitirles acceso consular, dejando a las víctimas en una situación de total vulnerabilidad.
La falta de una embajada o consulados estadounidenses en Venezuela agrava la situación. Desde 2019, cuando Washington rompió relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro, no existe asistencia consular para ciudadanos estadounidenses en el país. Esto significa que, en caso de una emergencia, el gobierno de Estados Unidos no puede intervenir para ayudar a sus ciudadanos.
El comunicado también destacó la inseguridad en los desplazamientos dentro de Venezuela. La Administración Federal de Aviación ha prohibido vuelos civiles en el espacio aéreo venezolano debido a riesgos para la seguridad. Además, las autoridades desaconsejan el uso de taxis no regulados en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, donde los asaltos son frecuentes.
Los delitos violentos, como homicidios, robos a mano armada y secuestros, son comunes en Venezuela. Las protestas políticas, que a menudo son reprimidas con gases lacrimógenos y balas de goma, pueden derivar en disturbios y saqueos, incrementando el peligro para los viajeros. Incluso cruzar la frontera terrestre, aunque sea por unos metros, puede resultar en detenciones indefinidas.
La crisis humanitaria en Venezuela complica aún más la situación. Los hospitales carecen de insumos básicos, y el acceso a medicamentos es limitado. Las autoridades estadounidenses recomendaron a quienes, pese a la advertencia, decidan viajar, llevar consigo suficientes medicamentos para toda su estadía y vacunarse contra enfermedades como fiebre amarilla, tifoidea y malaria.
El Departamento de Estado también advirtió que los ciudadanos estadounidenses con doble nacionalidad o estatus migratorio legal en Estados Unidos no están exentos de riesgos. Incluso quienes viajen con otro pasaporte pueden ser arrestados sin debido proceso, enfrentando detenciones que, en algunos casos, han durado hasta cinco años.
A quienes permanezcan en Venezuela, se les recomienda preparar un testamento, designar beneficiarios de seguros y establecer protocolos de comunicación con familiares. También se sugirió contratar empresas privadas de seguridad y adquirir un seguro de evacuación médica, ya que el gobierno estadounidense no puede garantizar asistencia en el país.
Esta alerta se produce en un contexto de tensiones entre Washington y Caracas, exacerbadas por las recientes elecciones legislativas en Venezuela, que han generado un clima de inestabilidad política. El régimen de Maduro ha intensificado las detenciones de ciudadanos extranjeros, acusándolos de actividades de inteligencia, lo que ha elevado la percepción de riesgo.
El mensaje es claro: Venezuela no es un destino seguro. El gobierno estadounidense insiste en que sus ciudadanos abandonen el país de inmediato o reconsideren cualquier plan de viaje, ante un entorno donde la seguridad personal está gravemente comprometida.

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EE.UU. Alerta: Venezuela, un Peligro Inminente para Viajeros
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