En Chihuahua, la incidencia de casos relacionados con el consumo de fentanilo se mantiene baja, según datos recientes de las autoridades de salud. A diferencia de otros estados del norte de México, como Baja California o Sonora, donde el consumo de este opioide sintético ha mostrado un aumento alarmante, Chihuahua parece resistir la tendencia. Sin embargo, los expertos advierten que la situación no debe ser motivo de relajación, ya que la presencia de esta droga sigue siendo una amenaza latente.
El fentanilo, un opioide 50 veces más potente que la heroína, ha generado preocupación en México y el mundo por su potencial adictivo y letal. En 2023, a nivel nacional, se registraron 430 casos de atención médica relacionados con su consumo, un incremento del 29% respecto al año anterior. En Chihuahua, los casos reportados son mínimos, pero la cercanía con la frontera y el tráfico de drogas ilícitas mantienen a las autoridades en alerta constante.
La Secretaría de Salud estatal ha implementado estrategias para prevenir el aumento del consumo. Entre estas medidas destaca la distribución de naloxona, un antídoto que puede revertir las sobredosis por opioides. Sin embargo, la disponibilidad de este medicamento sigue siendo limitada en el país, ya que es considerado una sustancia psicotrópica, lo que complica su acceso en momentos críticos.
A pesar de los esfuerzos, las autoridades locales no bajan la guardia. En Ciudad Juárez, una de las zonas más vulnerables por su cercanía con Estados Unidos, se han reportado casos aislados de intoxicación por fentanilo. En 2023, se confirmó la primera muerte en la ciudad por sobredosis de esta droga, lo que encendió las alarmas sobre la necesidad de reforzar la vigilancia y las campañas de prevención.
El gobierno de Chihuahua ha intensificado los operativos contra el narcomenudeo. En 2023, la Fiscalía General del Estado decomisó miles de pastillas de fentanilo en la entidad, principalmente en municipios como Guadalupe y Calvo. Estas acciones han permitido contener la distribución de la droga, pero el flujo constante desde cárteles sigue siendo un desafío para las autoridades locales.
La lucha contra el fentanilo no solo depende de los decomisos, sino también de la educación. Las autoridades han destacado la importancia de informar a la población sobre los riesgos de esta droga, que muchas veces se mezcla con otras sustancias sin que los consumidores lo sepan. En Chihuahua, las campañas de prevención se han centrado en escuelas y comunidades vulnerables, buscando evitar que el problema escale.
A nivel nacional, el aumento en el consumo de fentanilo ha sido vinculado a la influencia de Estados Unidos, donde la crisis de opioides ha dejado miles de muertes. En México, aunque los números no son comparables, el crecimiento en la demanda de tratamiento por adicción a este opioide se disparó 43 veces entre 2018 y 2023, según reportes oficiales. Chihuahua, por ahora, se mantiene como un caso excepcional, pero no exento de riesgos.
La situación en el estado refleja un esfuerzo coordinado, pero también la fragilidad de la lucha contra el fentanilo. Mientras las autoridades trabajan para mantener los casos en niveles bajos, la amenaza de un repunte sigue presente. La clave, según los expertos, está en no subestimar el problema y mantener la vigilancia en las zonas de mayor riesgo.
El panorama en Chihuahua es un recordatorio de que el combate al fentanilo requiere un enfoque integral. Desde la prevención hasta la respuesta inmediata ante sobredosis, cada acción cuenta. Por ahora, el estado parece mantener el control, pero la batalla está lejos de terminar.

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Chihuahua mantiene control sobre el fentanilo, pero la alerta persiste
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