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México en la mira: La revisión del T-MEC podría ser un desastre si no actúa ya

La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) está a la vuelta de la esquina, y México podría estar en serios problemas si no toma las riendas. Expertos advierten que el país no puede quedarse de brazos cruzados ante las demandas de Washington, especialmente con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. La pasividad del gobierno mexicano podría costarle caro en este acuerdo comercial crucial.
Luis de la Calle, exnegociador del T-MEC, señaló que México debe adoptar una postura activa y propositiva. No basta con reaccionar a lo que pida Estados Unidos; el país necesita una estrategia clara desde ahora. La revisión está programada para julio de 2026, pero las consultas internas en Estados Unidos comenzarán en octubre de 2025, dejando poco tiempo para prepararse.
Por su parte, Kenneth Smith, otro exnegociador, subrayó que México debe llegar a la mesa con una agenda ambiciosa. La guerra arancelaria iniciada por Trump y sus críticas al T-MEC no son un juego. Si México no se pone las pilas, podría enfrentar consecuencias económicas graves, especialmente en sectores clave como el automotriz y el energético.
El T-MEC, firmado en 2019 y vigente desde 2020, ha sido un pilar para el comercio mexicano, convirtiendo al país en el principal socio comercial de Estados Unidos. Sin embargo, las recientes reformas constitucionales en México, como la judicial y la energética, han generado nerviosismo entre inversionistas. Estas reformas podrían ser usadas como argumento para complicar la revisión del tratado.
Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, ha advertido que los cambios legislativos impulsados por el gobierno de Claudia Sheinbaum podrían llevar a una renegociación total del T-MEC, no solo a una simple revisión. Esto pondría a México en una posición vulnerable frente a las presiones de Estados Unidos, que busca endurecer reglas, especialmente en la industria automotriz.
El sector automotriz, uno de los más beneficiados por el T-MEC, está en el ojo del huracán. Trump ha expresado su intención de modificar las reglas de origen para favorecer la producción en Estados Unidos, lo que podría afectar las exportaciones mexicanas. México exportó bienes por más de 466,000 millones de dólares a Estados Unidos de enero a noviembre de 2024, y cualquier cambio en el tratado pondría en riesgo esta cifra.
Además, la inversión china en México, usada como puente para acceder al mercado estadounidense, es otra preocupación. Empresas asiáticas podrían ser vistas como una amenaza por Estados Unidos, complicando aún más las negociaciones. México necesita aclarar su posición y demostrar que cumple con las reglas del T-MEC para evitar conflictos.
El gobierno de Sheinbaum ha defendido el tratado, destacando sus beneficios en inversión, empleo y exportaciones. Sin embargo, las críticas de Trump, quien ha calificado al T-MEC como un “desastre” para su país, no son un buen augurio. México debe negociar con inteligencia y evitar caer en una postura defensiva que lo deje en desventaja.
La Secretaría de Economía, liderada por Marcelo Ebrard, ha propuesto adelantar la revisión para reducir incertidumbre. Sin embargo, expertos coinciden en que sin una preparación sólida, México podría enfrentar una renegociación más profunda, con cambios en cláusulas clave. El tiempo apremia, y el gobierno debe actuar con urgencia.
La revisión del T-MEC no solo definirá el futuro comercial de México, sino también su capacidad para mantenerse como un actor competitivo en Norteamérica. La pasividad no es una opción; México debe mostrar liderazgo y estrategia para proteger sus intereses en un contexto global cada vez más complicado.

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