En Chihuahua, los incendios forestales están fuera de control, consumiendo un total de 63,530 hectáreas en lo que va de 2025. Según el reporte más reciente de las autoridades forestales, 24 siniestros permanecen activos en la entidad, afectando principalmente la región serrana. La situación es crítica, y la falta de lluvias, combinada con altas temperaturas, agrava el panorama.
El municipio de Guadalupe y Calvo es el más golpeado, con 14 incendios simultáneos que han devastado más de la mitad de la superficie afectada. Las llamas han llegado a tal magnitud que incluso dañaron infraestructura eléctrica, dejando sin energía a la cabecera municipal durante casi un día entero. La falta de señal en la zona ha complicado la evaluación de los daños.
Un total de 435 brigadistas trabajan incansablemente en el terreno, enfrentándose a un terreno escarpado y condiciones climáticas adversas. A pesar de sus esfuerzos, solo tres incendios han sido liquidados en las últimas horas, sumando 484 hectáreas más a la devastación. La magnitud de los siniestros ha puesto a Chihuahua en el foco nacional.
Las autoridades han confirmado que, en lo que va del año, se han registrado 454 incendios forestales en el estado, con un total acumulado de 143,067 hectáreas afectadas. Esto posiciona a Chihuahua como una de las entidades con mayor daño por incendios en el país, solo superada por estados como Sinaloa.
La Coordinación Estatal de Protección Civil ha intensificado sus esfuerzos, apoyando con alimentos y herramientas a los brigadistas. Sin embargo, la falta de recursos como azadones, rastrillos y guantes sigue siendo un obstáculo. Las brechas cortafuegos se han convertido en una medida clave para evitar que las llamas alcancen comunidades y ranchos.
La sequía extrema que azota el estado es un factor determinante. Según la Comisión Nacional del Agua, el 61% del territorio de Chihuahua enfrenta condiciones de aridez severa, lo que facilita la propagación del fuego. Las autoridades han hecho un llamado a la población para evitar el uso de fuego en áreas rurales.
En algunos casos, los incendios han amenazado con desplazar a comunidades enteras, como en el poblado de Las Ranas, en Bocoyna. Aunque la intervención de la Secretaría de la Defensa Nacional evitó evacuaciones, la situación sigue siendo delicada. Los brigadistas continúan trabajando en condiciones extremas para contener el avance de las llamas.
El impacto ambiental es devastador. Los bosques de Chihuahua, que representan una parte crucial de la biodiversidad del estado, están en riesgo. Las áreas naturales protegidas, como Papigochi y Cascada de Basaseachi, también han sido afectadas, lo que pone en peligro la flora y fauna de la región.
A pesar de los esfuerzos, la falta de coordinación y recursos sigue siendo un tema preocupante. La magnitud de los incendios requiere una respuesta más robusta por parte de las autoridades. Mientras tanto, los habitantes de las zonas afectadas viven con la incertidumbre de cuándo se controlará esta crisis.
Chihuahua enfrenta una de las peores temporadas de incendios en su historia reciente. La combinación de factores climáticos y humanos ha generado un desastre ambiental de proporciones alarmantes, y las soluciones parecen estar aún lejos de ser suficientes.

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Incendios arrasan Chihuahua: más de 63 mil hectáreas devastadas por el fuego
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