La 67 Legislatura del Congreso de Chihuahua ha decidido trasladarse a Ciudad Juárez para celebrar una sesión solemne que promete ser más que un simple acto protocolario. El evento, programado para el 31 de mayo, se llevará a cabo en el Centro Cultural de Las Fronteras, un lugar emblemático en la Zona Pronaf de la ciudad. La decisión de declarar este sitio como Recinto Oficial del Poder Legislativo ha levantado especulaciones sobre los motivos detrás de este movimiento.
El propósito principal de la sesión solemne es conmemorar los acontecimientos históricos de la batalla de Ciudad Juárez de 1911, un momento clave en la Revolución Mexicana. Sin embargo, la presencia de diputados en este evento no parece ser solo un acto de homenaje histórico. Algunos legisladores, como Luis Fernando Chacón del PRI, podrían estar aprovechando la ocasión para posicionarse políticamente de cara a futuros proyectos, como la presidencia del Congreso estatal.
La agenda de los días 30 y 31 de mayo incluye una sesión ordinaria, la solemne conmemorativa y la clausura del Segundo Periodo Ordinario, además de la instalación de la Segunda Diputación Permanente. Este itinerario cargado sugiere que los diputados buscan visibilidad en una ciudad fronteriza que siempre está bajo el reflector por su relevancia económica y social.
No todos los legisladores estarán presentes en Juárez. Algunos, como José Luis Villalobos, optarán por quedarse en la capital para participar en la firma de un convenio con la Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas (Coepi). Esta división de prioridades refleja las tensiones internas entre los diputados, donde cada uno parece jugar sus cartas según sus intereses políticos.
La ausencia de figuras clave como Alejandro Domínguez o Chela Ortiz en el evento de Juárez refuerza la idea de que no todos están alineados con los proyectos de Villalobos, quien parece depender exclusivamente del respaldo de Alejandro Moreno, líder nacional del PRI. Mientras tanto, Chacón busca fortalecer su imagen con trabajo de campo, acompañando a alcaldes en eventos locales como la inauguración de obras en Bachíniva.
El traslado del Congreso a Ciudad Juárez también pone en la mesa el debate sobre los costos y la logística de llevar a cabo estas sesiones fuera de la capital. Aunque se justifica como un acto para acercar el poder legislativo a la ciudadanía, no está claro si los juarenses percibirán este evento como un gesto genuino o como una maniobra política más.
La sesión solemne, aunque revestida de un carácter histórico, no puede desvincularse del contexto político actual. Los movimientos de los legisladores, sus alianzas y ausencias, dibujan un panorama donde la conmemoración parece ser solo una excusa para avanzar agendas personales o partidistas en un año clave para Chihuahua.
Mientras los reflectores se centran en Ciudad Juárez, queda la pregunta: ¿será esta sesión un verdadero homenaje a la historia o un escenario para que los diputados se posicionen en la carrera política? La respuesta, como siempre, dependerá de las acciones y los resultados que dejen estos eventos en la frontera.