El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, anunció que la carretera Topolobampo-Chihuahua, un proyecto largamente esperado, finalmente será una realidad. Durante una reciente reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum, el mandatario morenista aseguró que la obra se concretará mediante un esquema de concesión, un mecanismo que, según él, permitirá agilizar su construcción. La noticia, presentada con bombo y platillo, busca posicionar a Sinaloa como un eje logístico clave en el noroeste de México.
La carretera, que conectará el puerto de Topolobampo en Ahome con el estado de Chihuahua, abarca 89 kilómetros y tiene un costo estimado de 6,343 millones de pesos. Este proyecto incluye un puente crucial sobre la presa Luis Donaldo Colosio (Huites), que unirá Cerocahui, en Chihuahua, con Choix, en Sinaloa. Rocha Moya destacó que la obra potenciará el comercio y el turismo, beneficiando a más de 3.7 millones de habitantes en la región.
Sin embargo, el anuncio no está exento de cuestionamientos. Aunque Rocha Moya presume el respaldo de Sheinbaum, el proyecto no figura entre las 13 carreteras prioritarias del Plan México para 2025. Esta omisión genera dudas sobre su viabilidad y prioridad real en la agenda federal. La carretera, socializada desde hace más de una década, ha enfrentado retrasos significativos, especialmente por la falta de presupuesto y la complejidad del puente sobre la presa Huites.
El esquema de concesión propuesto por Rocha Moya también levanta suspicacias. Según el gobernador, solo el tramo del puente sería concesionado, pero no se han aclarado los detalles sobre quién asumirá los costos ni qué empresas estarán involucradas. Este modelo podría implicar un mayor gasto a largo plazo para los ciudadanos, mientras se beneficia a privados cercanos al gobierno morenista, un patrón que ya ha generado críticas en otros proyectos.
Empresarios del norte de Sinaloa, particularmente de Los Mochis, han aplaudido la iniciativa, destacando su potencial para conectar el Pacífico mexicano con la frontera de Estados Unidos. La carretera facilitaría el transporte de productos agrícolas, industriales y pesqueros, consolidando a Topolobampo como un polo logístico. Sin embargo, la ausencia de un calendario claro para el inicio de la construcción alimenta el escepticismo entre quienes ven en el anuncio una estrategia política más que un compromiso firme.
Otro punto crítico es la competencia regional. Sonora ha empujado un proyecto similar para conectar Guaymas con Chihuahua, lo que podría desviar recursos e inversión de la carretera Topolobampo-Chihuahua. Empresarios sinaloenses han expresado preocupación por el estancamiento del proyecto, mientras el gobierno de Rocha Moya insiste en que la obra sigue siendo una prioridad para el estado y la federación.
La carretera también promete beneficios sociales, especialmente para las comunidades indígenas de Choix, El Fuerte y Ahome. Se espera que mejore la conectividad en zonas marginadas, impulsando el ecoturismo y el comercio local. Sin embargo, proyectos anteriores en la región han dejado promesas incumplidas, y las comunidades exigen garantías de que esta vez los beneficios serán tangibles y no solo discursos de campaña.
Rocha Moya, fiel al estilo de Morena, ha presentado el proyecto como un logro de su administración, pero las incógnitas persisten. La falta de transparencia en los detalles financieros y los plazos de ejecución podría convertir esta “gran obra” en otra promesa vacía. Mientras tanto, los sinaloenses esperan que la carretera no sea solo un titular sensacionalista, sino un proyecto que realmente transforme la región.
El anuncio coincide con otros proyectos en Topolobampo, como la planta de metanol verde de Pacífico Mexinol y la planta de amoniaco de Gas y Petroquímica de Occidente. Estas inversiones, que superan los 8,000 millones de dólares, refuerzan la importancia estratégica de la carretera. Sin embargo, la sombra de la politización y los intereses detrás de estas obras no pasa desapercibida.
La ciudadanía de Sinaloa observa con cautela. La carretera Topolobampo-Chihuahua podría ser un parteaguas para el desarrollo económico, pero solo el tiempo dirá si el gobierno de Rocha Moya cumple o si, una vez más, las promesas de Morena se quedan en el papel.

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Carretera Topolobampo-Chihuahua: ¿promesa cumplida o maniobra política de Rocha Moya?
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