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Venezuela enfrenta jornada electoral marcada por la controversia: extienden votación en comicios legislativos y regionales

En Venezuela, los centros de votación abrieron sus puertas este domingo 25 de mayo a las 6:00 de la mañana para unas elecciones legislativas y regionales que han generado fuertes tensiones. Más de 21.4 millones de ciudadanos fueron convocados a elegir 569 cargos, incluyendo 285 diputados a la Asamblea Nacional, 24 gobernadores y 260 legisladores regionales. Sin embargo, la jornada estuvo envuelta en polémica debido a denuncias de sabotaje y una participación dividida de la oposición.
El Consejo Nacional Electoral, liderado por Elvis Amoroso, decidió extender el cierre de las casillas por una hora adicional, hasta las 7:00 de la noche, argumentando una alta afluencia de votantes. Esta decisión fue cuestionada por sectores opositores, quienes señalan que la baja participación refleja el descontento popular tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, ampliamente criticadas por presunto fraude.
La jornada electoral incluyó, por primera vez, la elección de un gobernador y ocho diputados para el territorio del Esequibo, una zona en disputa con Guyana. Este hecho generó críticas internacionales, ya que la Corte Internacional de Justicia pidió a Venezuela abstenerse de realizar comicios en esa región. El gobierno de Nicolás Maduro rechazó la solicitud, insistiendo en su soberanía sobre el territorio.
El ambiente electoral estuvo marcado por una oleada de detenciones. El gobierno reportó 70 arrestos, incluyendo al opositor Juan Pablo Guanipa, aliado de María Corina Machado. Las autoridades chavistas acusaron a los detenidos de planear un sabotaje al proceso electoral, lo que aumentó las tensiones en un país ya polarizado.
La oposición se presentó dividida. Mientras la Plataforma Unitaria Democrática, liderada por Machado, llamó al boicot alegando que los comicios carecen de legitimidad, figuras como Henrique Capriles y Manuel Rosales decidieron participar. Capriles defendió el voto como una forma de resistencia, aunque reconoció las irregularidades previas del Consejo Nacional Electoral.
María Corina Machado, desde la clandestinidad, destacó la baja afluencia a las urnas como una señal de rechazo al proceso. “Cuando es no, es no”, afirmó, refiriéndose a la decisión de muchos venezolanos de no participar en lo que considera un proceso manipulado por el régimen chavista.
El chavismo, por su parte, se mostró confiado. Diosdado Cabello, número dos del régimen, aseguró que la participación fue “muy buena”, mientras Maduro llamó a votar por “la paz y la vida”. Sin embargo, la falta de transparencia en procesos electorales previos y la represión postelectoral han generado escepticismo entre los ciudadanos.
La elección en el Esequibo, aunque simbólica, avivó el conflicto con Guyana. El presidente guyanés, Irfaan Ali, advirtió que su país está preparado para defender “cada pulgada” de su territorio. Este roce diplomático añade una capa más de complejidad a una jornada electoral ya de por sí controvertida.
La crisis política en Venezuela, agudizada tras las elecciones presidenciales de 2024, parece lejos de resolverse. Las protestas de entonces dejaron más de dos mil detenidos y 28 fallecidos, según reportes. Este contexto de represión y desconfianza marcó el ánimo de una población que enfrenta también una severa crisis económica.
Estas elecciones, originalmente programadas para abril, fueron pospuestas por la falta de candidaturas. La ausencia de una campaña electoral vibrante, con pocos mítines o debates, reflejó el agotamiento político de un país donde el chavismo busca consolidar su dominio ante una oposición fragmentada y un electorado desencantado.

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