Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, lanzó un reto directo a la presidenta Claudia Sheinbaum: si logra pacificar el municipio sin un solo disparo, él presentará su renuncia. El desafío surge en medio de una creciente ola de violencia que azota la región, marcada por asesinatos, extorsiones y enfrentamientos armados que han desatado el caos en la ciudad.
Manzo, quien asumió el cargo en septiembre de 2024 como candidato independiente tras su paso por Morena, ha generado controversia por su postura de mano dura contra el crimen. Durante un evento reciente, tras la firma del convenio “Uruapan más verde”, el edil expresó su escepticismo sobre las estrategias de seguridad del gobierno federal, liderado por Sheinbaum. Según él, la delincuencia en Uruapan no se detendrá con discursos o medidas tibias.
El alcalde hizo un llamado directo al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, para que intervenga en los “cerros” donde operan grupos criminales que extorsionan a productores de aguacate y aterrorizan a la población. Manzo señaló que la violencia ha escalado a niveles insostenibles, con asesinatos de civiles, incluyendo niños, y ataques constantes a la ciudadanía.
La respuesta de Sheinbaum no se hizo esperar. En su conferencia matutina, la presidenta rechazó la propuesta de Manzo de “abater” delincuentes, calificándola como un retorno a la fallida “guerra contra el narco” de administraciones pasadas. Sheinbaum insistió en que su estrategia se basa en atender las causas de la violencia, no en enfrentamientos armados que, según ella, solo generan más víctimas.
Este no es el primer episodio polémico de Manzo. En abril de 2025, el alcalde protagonizó un operativo desde un helicóptero donde se le escuchó ordenar disparos contra presuntos delincuentes. La acción, que fue transmitida en vivo, desató críticas por el uso excesivo de la fuerza, aunque también recibió apoyo de algunos sectores que exigen medidas drásticas contra la inseguridad.
Uruapan, uno de los municipios más afectados por la violencia en Michoacán, vive una crisis que incluye el asesinato de funcionarios públicos y periodistas. El reciente homicidio de una funcionaria municipal intensificó las críticas al gobierno federal, que, según Manzo, no ha logrado controlar la situación. La ciudad también ha sido escenario de enfrentamientos entre cárteles y fuerzas armadas, dejando víctimas civiles en el fuego cruzado.
El desafío de Manzo a Sheinbaum pone en evidencia las tensiones entre los gobiernos locales y el federal en la lucha contra el crimen organizado. Mientras el alcalde insiste en una respuesta contundente, la presidenta defiende un enfoque de “paz” que, para muchos en Uruapan, no ha dado resultados tangibles. La población, atrapada entre la violencia y la retórica política, sigue esperando soluciones.
La postura de Manzo refleja la frustración de muchos michoacanos ante la impunidad y el poder de los cárteles. Sin embargo, su desafío también podría interpretarse como una maniobra política para presionar al gobierno federal o ganar protagonismo en un contexto de crisis. Sea cual sea su intención, el reto está sobre la mesa, y la respuesta de Sheinbaum será clave para definir el rumbo de la seguridad en Uruapan.
La situación en Michoacán sigue siendo un polvorín. Los enfrentamientos, secuestros y extorsiones no cesan, y la ciudadanía exige acciones concretas. Mientras tanto, el duelo verbal entre Manzo y Sheinbaum no hace más que aumentar la incertidumbre en una región donde la paz parece cada vez más lejana.

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Alcalde de Uruapan desafía a Sheinbaum: si pacifica el municipio sin disparos, renuncia
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