El cierre del puente internacional Córdova-Américas ha puesto en evidencia las carencias en la infraestructura aduanera de Chihuahua. La falta de planeación para absorber el impacto de esta clausura, programada por obras de remodelación, amenaza con generar un caos en el comercio exterior de la región. Autoridades y empresarios coinciden en que los cruces alternativos no están listos para manejar el volumen de exportaciones.
Isela Molina, presidenta de Canacintra en Ciudad Juárez, ha señalado que el cierre total o parcial del puente representa un riesgo económico significativo. Los puentes alternos como Guadalupe-Tornillo, San Jerónimo y Zaragoza no cuentan con la capacidad necesaria para procesar el flujo de mercancías que atraviesa Córdova-Américas. Esto podría traducirse en retrasos y costos adicionales para las empresas.
El impacto no es solo logístico, sino también financiero. Desviar las exportaciones a otros cruces implica gastos extras que, a largo plazo, podrían ser insostenibles para las industrias locales. La falta de una estrategia clara por parte de las autoridades estadounidenses y mexicanas agrava la situación, dejando a los empresarios en la incertidumbre.
La iniciativa privada ha intentado alzar la voz. Líderes de sectores como el comercio exterior y el transporte de carga han formado un frente para negociar con las autoridades de ambos lados de la frontera. Su objetivo es evitar un cierre total y proponer una clausura parcial que permita mantener las exportaciones, aunque sea de manera limitada.
La remodelación del puente, que podría extenderse entre 2025 y 2026, no es un tema nuevo. Desde 2024, se advertía sobre la necesidad de planificar con tiempo esta obra. Sin embargo, las reuniones entre autoridades y empresarios no han avanzado lo suficiente para garantizar una solución efectiva.
El panorama es preocupante para las empresas que dependen del comercio transfronterizo. Chihuahua, como un estado clave en las exportaciones mexicanas, enfrenta el riesgo de perder competitividad si no se toman medidas urgentes. Los costos adicionales por desvíos podrían encarecer los productos y afectar los empleos locales.
La falta de infraestructura adecuada en los cruces alternos no es el único problema. La coordinación entre los gobiernos de México y Estados Unidos ha sido insuficiente. Mientras las autoridades estadounidenses priorizan la modernización del puente, las mexicanas no han presentado un plan sólido para mitigar el impacto en el comercio.
Empresarios locales insisten en que el cierre parcial es la única alternativa viable. Sin embargo, sin un compromiso claro de las autoridades, el futuro del comercio en la región permanece incierto. La presión recae ahora en lograr acuerdos binacionales que eviten un colapso económico en Chihuahua.

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Aduanas en jaque: el cierre del puente Córdova-Américas expone la falta de preparación en Chihuahua
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