En un entrenamiento del FC Barcelona, los polacos Wojciech Szczesny y Robert Lewandowski se robaron el show con una escena que parecía sacada de Hollywood. Durante la última sesión de la temporada, el portero Szczesny fingió propinar un espectacular “puñetazo” a su compatriota, quien cayó al suelo con una actuación digna de un Oscar.
El momento ocurrió en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, en un ambiente relajado tras la conquista del título de LaLiga. Con el equipo ya campeón, los jugadores se permitieron un entrenamiento distendido, lleno de risas y buen humor, antes de enfrentar al Athletic en Bilbao.
Lewandowski, no dispuesto a quedarse atrás, respondió al “golpe” con un “derechazo” igual de teatral, tumbando a Szczesny, quien cayó entre risas. Ambos jugadores, grandes amigos dentro y fuera de la cancha, demostraron su química en este divertido intercambio que no pasó desapercibido.
La escena fue captada en video y rápidamente se volvió viral en redes sociales, donde los aficionados del Barça celebraron el buen ambiente del equipo. Este tipo de momentos refleja la unión en el vestuario blaugrana, clave para su éxito en la temporada.
Szczesny, quien llegó al Barcelona en octubre de 2024 tras un breve retiro, ha encontrado su lugar en el equipo. Su incorporación fue una solución de emergencia ante la lesión de Marc-André ter Stegen, y desde entonces ha demostrado su calidad bajo los tres palos.
Por su parte, Lewandowski sigue siendo el referente ofensivo del equipo. Con 25 goles en LaLiga y 38 en total esta temporada, el delantero polaco vive un gran momento bajo la dirección de Hansi Flick, su exentrenador en el Bayern Múnich.
El técnico alemán ha sido clave en el resurgimiento del Barcelona, que cerró la temporada con un fútbol ofensivo y efectivo. La conexión entre Flick, Lewandowski y Szczesny ha sido fundamental para que el equipo recuperara la corona de LaLiga.
Este “nocaut” ficticio entre los dos polacos no solo dejó risas, sino que también mostró la camaradería en un equipo que ha sabido combinar talento y buen ambiente. La afición culé espera que esta energía se mantenga para la próxima temporada.