En el corazón de Islandia, un país de paisajes impresionantes, habita una raza equina única que ha cautivado a viajeros y amantes de los animales por igual: el caballo islandés. Este pequeño pero robusto animal, con una historia que se remonta a más de mil años, es un símbolo de la cultura y la tradición de esta isla nórdica.
El caballo islandés destaca por su tamaño compacto, midiendo en promedio 135 centímetros de altura. A pesar de su estatura, su fuerza y resistencia son sorprendentes, capaces de atravesar terrenos volcánicos y accidentados con facilidad. Su carácter amigable y tranquilo lo convierte en el compañero ideal para quienes buscan aventuras en la naturaleza islandesa.
Una de las características más fascinantes de estos caballos es su paso único, conocido como “tölt”. Este movimiento suave y rítmico permite a los jinetes disfrutar de un paseo cómodo, incluso en los terrenos más difíciles. Además, poseen otra marcha especial llamada “skeid”, exclusiva de esta raza, que demuestra su versatilidad y singularidad.
La pureza de la raza es un punto de orgullo en Islandia. Hace más de 900 años, los islandeses prohibieron la importación de caballos extranjeros para proteger la genética de sus equinos. Esta decisión ha mantenido al caballo islandés como una de las razas más puras del mundo, sin influencias externas.
Con una población de aproximadamente 80,000 caballos en una isla de 350,000 habitantes, estos animales están por todas partes. Desde los campos verdes del verano hasta los paisajes nevados del invierno, los caballos islandeses son una presencia constante, pastando libremente o acompañando a los granjeros en sus labores diarias.
Las rutas a caballo son una de las actividades más populares para los turistas en Islandia. Desde paseos cortos de una hora hasta excursiones de un día entero, los viajeros pueden explorar lugares como las playas de arena negra de la Costa Sur o los paisajes volcánicos cerca de Reikiavik, siempre acompañados por estos nobles animales.
El fiordo de Skagafjordur es un destino imperdible para los amantes de los caballos. Esta región es famosa por su rica cultura ecuestre y su gran población equina. Aquí, los visitantes pueden sumergirse en la historia de estos animales y participar en actividades que destacan su importancia en la vida islandesa.
En invierno, los caballos islandeses lucen un pelaje espeso y lanudo que los hace aún más encantadores. Las excursiones durante esta temporada ofrecen vistas únicas de paisajes nevados, donde la calidez y la valentía de estos animales brillan con fuerza.
Aunque hoy en día se utilizan principalmente para el ocio y la competición, los caballos islandeses siguen siendo aliados de los granjeros, especialmente en tareas como el pastoreo de ovejas. Su versatilidad y conexión con la cultura local los convierten en un tesoro vivo de Islandia.
Explorar Islandia a lomos de un caballo islandés es una experiencia inolvidable. Su carácter gentil, su historia milenaria y su capacidad para llevar a los jinetes a través de paisajes de ensueño hacen de estos animales una razón más para visitar esta tierra mágica.

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Los adorables caballos islandeses que conquistan corazones
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