La Comisión Federal de Electricidad ha logrado restablecer al 100 por ciento el suministro eléctrico en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, tras los severos daños causados por los incendios forestales que azotan la región. Este avance se da luego de intensas labores para reparar las fallas provocadas por las conflagraciones.
Los incendios forestales, que han consumido miles de hectáreas en el estado, afectaron una línea de conducción de 115 kV, dejando sin electricidad a cerca de nueve mil hogares desde el viernes pasado. Una estructura de madera, consumida por las llamas, fue la principal causa de la interrupción del servicio.
Para enfrentar la emergencia, la CFE desplegó un equipo de cinco ingenieros, 14 electricistas y seis contratistas, apoyados por ocho vehículos y dos grúas. Las labores, que se extendieron por casi 20 horas, permitieron recuperar el suministro para aproximadamente siete mil servicios domiciliarios en la zona.
El municipio de Guadalupe y Calvo ha sido uno de los más golpeados por los incendios, con 23 siniestros activos que han movilizado a 443 brigadistas. Estos incendios no solo han devastado bosques, sino que han puesto en riesgo la infraestructura eléctrica y la seguridad de las comunidades.
A pesar de los esfuerzos, la situación en Chihuahua sigue siendo crítica. La Secretaría de Desarrollo Rural reportó que, aunque tres incendios fueron liquidados en las últimas 24 horas en Morelos, Uruachi y Guachochi, aún quedan 27 siniestros activos que requieren la intervención de 568 brigadistas.
La región serrana, donde se concentran la mayoría de los incendios, enfrenta condiciones adversas debido a la sequía extrema que afecta al estado. La falta de lluvias y las altas temperaturas han complicado las tareas de contención, prolongando la crisis ambiental.
Las autoridades han destacado la coordinación entre la CFE, la Comisión Nacional Forestal y las brigadas locales para mitigar los daños. Sin embargo, la magnitud de los incendios evidencia los desafíos que enfrenta Chihuahua ante la falta de estrategias preventivas efectivas.
La población de las zonas afectadas ha mostrado resiliencia, pero la amenaza de nuevos incendios persiste. Las condiciones climáticas y la vegetación seca mantienen a las autoridades en alerta, mientras los brigadistas trabajan sin descanso para proteger el entorno.
Este esfuerzo de la CFE representa un alivio temporal para los habitantes de Guadalupe y Calvo, pero la crisis forestal en Chihuahua está lejos de resolverse. La magnitud de los incendios sigue siendo un recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante desastres naturales.