En el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, miles de habitantes enfrentan un apagón que los ha dejado sin luz, agua ni internet por casi 24 horas. La situación ha generado molestias generalizadas, desde comunidades remotas hasta la cabecera municipal.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) señaló que los cortes de energía son consecuencia de severos daños en las líneas de conducción. Estos daños, según personal de la CFE, fueron provocados por incendios forestales que azotan la región.
En total, se reportan 23 incendios activos en Guadalupe y Calvo y sus alrededores. Más de 400 brigadistas trabajan sin descanso para controlar las llamas, pero la magnitud de los siniestros ha complicado las labores.
A la crisis de los incendios se suma un obstáculo adicional: una protesta magisterial. Maestros disidentes han tomado las instalaciones de la CFE en Parral, el centro operativo que atiende esta zona serrana.
Los manifestantes, parte de una red magisterial inconforme, han bloqueado la salida de equipos y materiales esenciales para reparar las líneas eléctricas. Esta acción ha retrasado significativamente los esfuerzos de reconexión.
Técnicos de la CFE, entre ingenieros, electricistas y contratistas, suman un equipo de casi 30 personas trabajando en condiciones de emergencia. Sin embargo, las protestas han limitado su capacidad para avanzar rápidamente.
La falta de electricidad ha generado un efecto dominó. Sin energía, los sistemas de agua potable y las redes de internet han colapsado, afectando la vida diaria de los pobladores.
Las autoridades no han emitido un plazo claro para restablecer el servicio. Mientras tanto, los habitantes de Guadalupe y Calvo enfrentan incertidumbre en medio de una doble crisis: el fuego que no cede y las protestas que complican las soluciones.