En un giro inesperado, Enrique Rascón Pérez, hasta hace poco subdirector del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) en Chihuahua, presentó su renuncia al cargo. La decisión llega tras su aparición en un evento político del partido Morena, lo que desató críticas y cuestionamientos sobre su imparcialidad en una institución educativa de carácter público.
Rascón, quien ocupaba un puesto clave en la administración del Conalep, decidió dar un paso al costado luego de que su presencia en el evento político generara controversia. La subdirección del Conalep requiere neutralidad, y su participación en actividades partidistas levantó sospechas sobre un posible conflicto de intereses, algo que no pasó desapercibido para la opinión pública.
El ahora exfuncionario no ha emitido declaraciones detalladas sobre los motivos de su salida, pero fuentes cercanas aseguran que la presión por su asistencia al evento de Morena fue un factor determinante. Este hecho pone en el reflector la relación entre funcionarios públicos y su vinculación con partidos políticos, un tema que siempre genera debate en el ámbito educativo.
El Conalep, una institución reconocida por formar profesionales técnicos en México, ha mantenido una postura de neutralidad en temas políticos. La salida de Rascón pone en entredicho cómo se manejan los cargos directivos en instituciones educativas y si existen mecanismos suficientes para garantizar la imparcialidad de sus líderes.
La renuncia también ha generado reacciones entre la comunidad educativa. Algunos docentes y alumnos han expresado su preocupación por la imagen del Conalep, mientras que otros consideran que la decisión de Rascón fue la correcta para evitar mayores conflictos. Sin embargo, el hecho deja un precedente sobre la delgada línea entre la función pública y las preferencias políticas.
En el contexto de Chihuahua, esta situación se suma a otros episodios donde la política y la educación han chocado. La renuncia de Rascón podría ser solo la punta del iceberg en un debate más amplio sobre la autonomía de las instituciones educativas y el papel de sus directivos en el escenario político.
Por ahora, las autoridades del Conalep no han anunciado quién ocupará el lugar de Rascón en la subdirección. La institución enfrenta el reto de recuperar la confianza y mantener su prestigio como un pilar en la formación técnica de miles de jóvenes en el estado.
Lo cierto es que este episodio deja preguntas abiertas. ¿Hasta dónde puede un funcionario público involucrarse en actividades partidistas sin comprometer su rol? La salida de Enrique Rascón es un recordatorio de que, en el ámbito educativo, la neutralidad sigue siendo un valor fundamental que no puede pasarse por alto.
La comunidad del Conalep espera que este cambio no afecte los planes y programas educativos en curso. Mientras tanto, el caso de Rascón seguirá siendo tema de discusión en Chihuahua, donde la política y la educación parecen estar más entrelazadas de lo que muchos quisieran.

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Renuncia en el Conalep: Enrique Rascón abandona su cargo tras polémica con Morena
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