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Los aranceles de Trump disparan los precios de los autos en Estados Unidos a niveles nunca vistos

El precio de los automóviles nuevos en Estados Unidos ha alcanzado máximos históricos, superando los 50,000 dólares en promedio, según datos recientes de la industria automotriz. Este aumento se debe en gran parte a los nuevos aranceles impuestos por la administración de Donald Trump, que gravan con un 25% los vehículos y autopartes importados. La medida, implementada desde abril, está impactando directamente el bolsillo de los consumidores estadounidenses.
La firma de análisis Cloud Theory señaló que a principios de mayo, el precio medio de los autos nuevos cruzó la barrera psicológica de los 50,000 dólares. Aunque hubo una ligera caída reciente, los expertos advierten que la presión al alza continuará. Los aranceles han encarecido la importación de vehículos y componentes, especialmente desde países como México y Canadá, principales socios comerciales de Estados Unidos en el sector automotriz.
México, que exporta cerca del 80% de sus autos producidos al mercado estadounidense, enfrenta un panorama complicado. En 2024, se ensamblaron 3.47 millones de vehículos en el país, con marcas como General Motors liderando la producción. Los aranceles de Trump amenazan con elevar los costos de estos autos entre 6,000 y 8,000 dólares, según estimaciones de analistas de Roland Berger.
El impacto no se limita a los autos nuevos. Los vehículos usados también han visto un aumento en sus precios, con un promedio de 30,522 dólares para autos de tres años de antigüedad en el primer trimestre de 2025. Esto representa un incremento del 2.3% respecto al año anterior, según la firma Edmunds. La escasez de inventario, combinada con los aranceles, está reduciendo la brecha de precio entre autos nuevos y usados.
Los consumidores estadounidenses están empezando a sentir los efectos. Concesionarios reportan un aumento en la demanda de autos antes de que los precios suban aún más. Modelos como el Chevy Trax, fabricado en Corea del Sur, y los vehículos eléctricos de General Motors, producidos en México, enfrentan incrementos significativos debido a los gravámenes aplicados a sus componentes.
La administración Trump justifica los aranceles como una medida para impulsar la producción nacional y proteger empleos en Estados Unidos. Sin embargo, expertos advierten que esta política podría tener consecuencias negativas. Además de encarecer los autos, los aranceles están generando incertidumbre en los mercados financieros y podrían desencadenar una recesión si se prolongan.
México y Canadá no se han quedado de brazos cruzados. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció medidas arancelarias en respuesta, mientras Canadá impuso gravámenes a bienes estadounidenses por valor de miles de millones de dólares. Estas represalias podrían escalar la tensión comercial en la región.
A pesar de las críticas, Trump ha flexibilizado algunas medidas, otorgando exenciones temporales a ciertos fabricantes de autos. Empresas como Ford y General Motors han expresado su apoyo a políticas que promuevan la producción en Estados Unidos, pero piden evitar aranceles que afecten las autopartes y eleven los costos para los consumidores.
La guerra comercial desatada por los aranceles está afectando no solo a los precios de los autos, sino también a otros sectores. Economistas advierten que los consumidores de bajos ingresos serán los más perjudicados, enfrentando un aumento generalizado en los costos de bienes esenciales.
El futuro del comercio en América del Norte sigue siendo incierto. Los aranceles han puesto en jaque la integración económica lograda tras décadas de libre comercio. Mientras tanto, los estadounidenses enfrentan un mercado automotriz cada vez más caro, con precios que podrían seguir subiendo en los próximos meses.

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