El altercado ocurrió el pasado jueves 22 de mayo, cuando Noroña fue interrumpido por pobladores visiblemente molestos. Los habitantes de Ocuilan, preocupados por la devastación forestal, demandaban soluciones concretas. Sin embargo, en lugar de escuchar, el senador optó por responder con frases como “no seas insolente” y cuestionar si los asistentes solo estaban ahí para “gritar”. Estas palabras encendieron aún más los ánimos.
La asamblea, que buscaba ser un espacio de diálogo, se convirtió en un campo de batalla verbal. Noroña, lejos de calmar a los asistentes, los acusó de intentar “reventar” el evento. Incluso cometió un error al mencionar que estaba en Malinalco, lo que provocó abucheos y críticas de los pobladores, quienes le corrigieron con indignación. El senador tuvo que disculparse por el desliz.
Los ciudadanos expresaron su frustración por la falta de acción contra la tala ilegal, un problema que afecta gravemente al municipio. Ocuilan, conocido por sus bosques, ha visto cómo la deforestación avanza sin control, mientras las autoridades parecen incapaces de frenarla. Los reclamos de los habitantes apuntaban a la necesidad de una intervención urgente del gobierno federal.
Noroña, en su defensa, aseguró que no hay complicidad con los taladores ilegales. Prometió llevar las demandas de los ciudadanos al gobierno federal, aunque sus palabras no lograron convencer a los presentes. La actitud confrontacional del senador solo avivó la desconfianza de los pobladores, quienes esperaban propuestas claras en lugar de discusiones.
Este no es el primer enfrentamiento de Noroña con ciudadanos. Su historial incluye altercados como el ocurrido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde un abogado lo increpó y luego tuvo que ofrecer disculpas públicas. Estos episodios refuerzan la imagen de un político que, ante la crítica, responde con agresividad en lugar de soluciones.
La situación en Ocuilan refleja un problema más amplio: la desconexión entre los funcionarios de Morena y las comunidades afectadas por problemas ambientales y sociales. Mientras los ciudadanos exigen resultados, las autoridades parecen más enfocadas en defender su imagen que en resolver las crisis que enfrentan los municipios.
El incidente también pone en evidencia la tensión que se vive en el Estado de México, donde la inseguridad y los problemas ambientales se entrelazan. La tala ilegal no solo destruye los bosques, sino que afecta la economía local y la calidad de vida de los habitantes. Los pobladores de Ocuilan dejaron claro que no están dispuestos a seguir esperando respuestas vacías.
A pesar de la promesa de Noroña de escalar los reclamos, la asamblea terminó sin avances concretos. Los ciudadanos se fueron con más dudas que certezas, mientras el senador insistía en que el gobierno federal tomará cartas en el asunto. Sin embargo, su actitud durante el evento dejó un sabor amargo entre los asistentes.
Este episodio en Ocuilan es un recordatorio de que el diálogo entre autoridades y ciudadanos sigue siendo un desafío. La incapacidad de Noroña para manejar la situación con calma pone en duda su liderazgo como presidente del Senado y su capacidad para representar los intereses de la gente.

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Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, protagonizó un nuevo episodio de confrontación, esta vez en una asamblea en Ocuilan, Estado de México. Durante el evento, el senador de Morena se enfrentó verbalmente a ciudadanos que le exigían respuestas claras sobre la tala ilegal de árboles en la región. La tensión escaló rápidamente, dejando en evidencia la incapacidad del legislador para manejar críticas sin perder el control.
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