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Chihuahua perdería millones por nuevo impuesto a remesas desde EE.UU.

Un nuevo golpe económico podría azotar a Chihuahua. La propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un impuesto del 5 por ciento a las remesas enviadas a México generaría pérdidas significativas en el estado. Según estimaciones, Chihuahua dejaría de recibir cerca de 50 millones de dólares anuales, un impacto que preocupa a legisladores y ciudadanos por igual.
Las remesas son un pilar clave para la economía de muchas familias en Chihuahua. En 2024, el estado recibió mil 474 millones de dólares por este concepto, colocándose entre las principales entidades receptoras del país. Municipios como Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Delicias y Cuauhtémoc concentran la mayor parte de estos ingresos, que sostienen el consumo local y, en muchos casos, la producción agrícola.
La iniciativa, presentada por republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, busca gravar los envíos de dinero al extranjero como parte de un plan fiscal para financiar promesas de campaña. Este impuesto afectaría directamente a los trabajadores mexicanos en EE.UU., quienes ya pagan impuestos sobre sus ingresos. La medida ha sido calificada como una doble tributación por legisladores mexicanos.
Diputados de diversos partidos en Chihuahua, incluyendo PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, han alzado la voz contra esta propuesta. José Luis Villalobos, diputado del PRI, señaló que México perdería 2 mil 300 millones de dólares a nivel nacional, con Chihuahua absorbiendo una parte considerable de ese impacto. La economía local, que depende en gran medida de estas transferencias, podría enfrentar serios desafíos.
El coordinador del PRI, Arturo Medina, destacó la necesidad de una respuesta diplomática firme. Propuso que la presidenta Claudia Sheinbaum lidere negociaciones de alto nivel con EE.UU. para frenar esta medida. La falta de acción efectiva por parte del gobierno federal, según Medina, podría agravar las consecuencias para los mexicanos que dependen de estos recursos.
Por su parte, el diputado de Movimiento Ciudadano, Francisco Sánchez, apuntó a un problema adicional: el sistema fiscal mexicano también grava las remesas en ciertos casos. Según la Ley del Impuesto Sobre la Renta, los envíos superiores a 305 mil pesos anuales, que no provengan de familiares directos, enfrentan una tasa del 35 por ciento. Este doble impuesto, tanto en México como en EE.UU., representa un agravio para los trabajadores migrantes.
La discusión en el Congreso estadounidense se suspendió temporalmente, pero la amenaza persiste. Expertos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas advierten que, de aprobarse, este gravamen reconfiguraría el mercado de remesas. Comunidades enteras en Chihuahua, especialmente en zonas rurales, podrían ver mermados sus ingresos, afectando desde el consumo básico hasta la inversión en pequeños negocios.
El impacto no se limita a Chihuahua. Estados como Oaxaca, Michoacán y Guerrero, donde las remesas representan hasta el 14 por ciento del PIB, también sufrirían. La reducción de estos flujos de dinero podría agravar la pobreza y limitar el desarrollo económico en regiones que ya enfrentan retos estructurales.
Mientras tanto, en Chihuahua, las autoridades locales y legisladores insisten en la necesidad de una estrategia judicial en tribunales estadounidenses para combatir esta medida. La presión recae ahora en el gobierno federal mexicano, que deberá demostrar su capacidad para proteger los intereses de los migrantes y sus familias.
La incertidumbre sobre el futuro de las remesas mantiene en vilo a miles de hogares en Chihuahua. La posible aprobación de este impuesto no solo pone en riesgo la estabilidad económica de las familias, sino que también evidencia la fragilidad de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.

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