La inflación en México ha vuelto a subir, situándose en un 4.22% anual durante la primera quincena de mayo de 2025, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este incremento coloca a la inflación por encima del rango objetivo del Banco de México, que busca mantenerla en un 3% con un margen de un punto porcentual.
El aumento de los precios se debe principalmente al encarecimiento de alimentos clave. Productos como el pollo, con un alza del 8.96%, el jitomate, con un 4.37%, y la papaya, con un sorprendente 16.25%, lideran las subidas, afectando directamente el bolsillo de las familias mexicanas.
La inflación subyacente, que excluye productos volátiles como alimentos y energía, también mostró un incremento, alcanzando el 3.97% anual. Este indicador, seguido de cerca por el Banco de México, refleja una presión sostenida en los precios de mercancías y servicios.
Por su parte, las mercancías registraron un aumento del 3.51%, mientras que los servicios subieron un 4.49% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Estos datos muestran que la inflación no solo afecta los bienes básicos, sino también sectores como el transporte y los servicios esenciales.
A pesar de este repunte, la economía mexicana logró un crecimiento modesto del 0.2% en el primer trimestre de 2025, evitando una recesión técnica. Este avance, impulsado por el sector agropecuario, compensó la contracción en manufacturas y servicios, según el Inegi.
El Banco de México, que recientemente redujo su tasa de interés al 8.5%, enfrenta ahora un dilema. Expertos como Gabriela Siller, de Grupo Base, sugieren que el aumento de la inflación podría obligar al banco central a pausar su ciclo de recortes de tasas.
Analistas del mercado esperaban una inflación menor, alrededor del 4.01%, por lo que este dato ha generado preocupación. Algunos expertos consideran que el entorno económico, con factores como aranceles de Estados Unidos y una menor inversión, contribuye a estas presiones inflacionarias.
Kimberley Sperrfechter, de Capital Economics, señaló que el aumento de la inflación no debería alterar significativamente la próxima decisión del Banco de México, que aún podría recortar tasas en junio. Sin embargo, la incertidumbre económica global sigue siendo un factor de riesgo.
El crecimiento económico de México enfrenta retos adicionales, como la desaceleración en Estados Unidos y la cautela en las inversiones. Estos elementos, combinados con el alza de precios, podrían complicar el panorama para los consumidores en los próximos meses.
A pesar de los desafíos, el Banco de México mantiene su meta de inflación en el 3%, y se espera que continúe ajustando su política monetaria para estabilizar los precios sin comprometer el crecimiento económico.

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La inflación en México repunta y alcanza el 4.22% en la primera quincena de mayo
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