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Crisis en la frontera sur: ganaderos denuncian descontrol ante el gusano barrenador

Ganaderos del sur de México han levantado la voz contra la falta de controles sanitarios en la frontera con Guatemala, donde aseguran que ingresan unas 100,000 cabezas de ganado al mes sin ninguna inspección. Esta situación, según productores de Tapachula, Chiapas, está agravando la propagación del gusano barrenador, una plaga que ha desencadenado una crisis sanitaria y económica en el sector ganadero.
Julio César Herrera, ganadero de la región, señaló que la frontera de 692 kilómetros con Guatemala es un coladero por donde pasa ganado sin revisión alguna. Este descontrol permite que animales potencialmente infectados lleguen a Chiapas, poniendo en riesgo la salud de los hatos nacionales. La porosidad de la frontera, afirmó, es un problema que las autoridades han ignorado durante años.
La plaga del gusano barrenador, una larva de mosca que se alimenta de tejido vivo en heridas de animales, ha regresado a México tras ser erradicada en 1991. Su reaparición ha generado alarma, especialmente porque Estados Unidos cerró temporalmente la importación de ganado mexicano desde el 11 hasta el 25 de mayo, afectando directamente a los productores.
Jorge Ortiz Arévalo, director del rastro municipal de Tapachula, expresó su preocupación por la falta de medidas efectivas para frenar el ingreso de ganado centroamericano. Propuso la instalación de más puestos de control con tanques de insecticida para desinfectar a los animales, una medida que considera urgente para combatir la plaga.
El Consejo Nacional Agropecuario alertó que el cierre de la frontera por parte de Estados Unidos representa pérdidas diarias de 11.4 millones de dólares para México. Chihuahua y Sonora, principales estados exportadores, son los más afectados, ya que generan entre el 70 y 75% del ganado que se envía al mercado estadounidense.
Herrera acusó a las autoridades de permitir el trasiego ilegal de ganado, señalando que la falta de acción ha enriquecido a algunos a costa de la industria ganadera. Criticó que no se haya fortalecido la vigilancia en la frontera sur, lo que facilita el ingreso de animales sin certificación sanitaria.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural afirmó que está haciendo “todo lo materialmente posible” para combatir el gusano barrenador. Sin embargo, los ganaderos consideran que las medidas son insuficientes y exigen una respuesta más contundente, incluyendo el cierre temporal de la frontera sur para evitar más contagios.
La crisis no solo amenaza la economía ganadera, sino también el estatus sanitario que México había mantenido por décadas. Si no se controla el brote, el país podría enfrentar consecuencias graves en su industria pecuaria, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad.
Los productores insisten en la necesidad de programas nacionales de erradicación y mayor coordinación entre el gobierno federal, los estados y las asociaciones ganaderas. La situación en la frontera sur, advierten, es un problema estructural que requiere soluciones inmediatas.
El impacto del gusano barrenador pone en evidencia las fallas en el sistema de inspección sanitaria. Los ganaderos piden al gobierno de Claudia Sheinbaum actuar con rapidez para evitar un desastre mayor en el sector, que ya enfrenta retos por la sequía y la inseguridad en varias regiones del país.

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